"La visibilidad es muy baja, no se ve prácticamente nada", informaban los controladores aéreos este domingo cerca de las once de la noche. La baja visibilidad obligó a cancelar, recalcular y retrasar los vuelos que partían con destino a Lanzarote. En algunos casos los aviones aterrizaron en el Aeropuerto César Manrique con dos horas de retraso. Otros, sin embargo, tuvieron que ser desviados y sus pasajeros aún no han podido alcanzar la isla.
La nubosidad había obligado desde el comienzo de la tarde a desviar los trayectos con destino Lanzarote a Fuerteventura o Gran Canaria. Los últimos viajes de la noche se convirtieron en un caos y algunas de las personas afectadas se vieron durmiendo a ras de suelo en el aeropuerto de la isla capitalina.
Uno de los aviones de Iberia Express que viajaba de Madrid a Lanzarote dejó a sus pasajeros en Gran Canaria y los viajeros denuncian la falta de soluciones e información. Mercedes López es una de las madres de los niños del Club Natación Pingüinos de Arrecife. Este fin de semana el equipo se encontraba en Oviedo (Asturias), compitiendo en el Campeonato de España alevín e infantil de Invierno de Natación Artística. Su regreso estaba previsto para este domingo, en un vuelo con escala en Madrid, pero fueron desviados a Gran Canaria.
En total, 33 personas, de ellas 23 niños de entre ocho y trece años, acabaron pasando la noche en la isla vecina. En medio del descontrol, el equipo se desplazó a un hotel de la capital, corriendo con los gastos de los desplazamientos y sin saber si tendrán que pagar o no el hotel. Ya no había guaguas a las doce de la noche y tuvieron que costear un total de nueve taxis para llegar a la capital.
Dada la poca disponibilidad para volar hacia Lanzarote este lunes, Mercedes ve muy dificil la reubicación. Por el momento no tienen información al respecto y se plantean coger un barco para poder regresar a casa. "Los niños están bien porque se lo toman como un día más de vacaciones, pero algunos de los padres que están en la isla esperando por ellos están agobiados por la incertidumbre", relata esta madre.
"Mis padres tienen 80 años, problemas de tensión y de azúcar", narra otra de las pasajeras de uno de los vuelos de Iberia Express que zarpó desde Madrid, pero que nunca llegó a Lanzarote. Los padres de esta pasajera volaron con las pastillas justas, la farmacia del aeropuerto no se las administra y el médico de urgencias de Aena no receta medicación por prescripción médica.
Además, su hijo de ocho años ha dormido en el suelo. El vuelo tenía que llegar a las once de la noche a Lanzarote. "Aena nos facilitó una manta a los menores y a las personas mayores, no Iberia Express", reprocha esta pasajera la dejadez de la compañía.
La fotografía de la pasada noche fue para muchos pasajeros una pesadilla. Los que consiguieron hacerse con un hueco dormían en una silla y la mayoría en el suelo. Ella no es la única que denuncia la falta de información por parte de Iberia Express. El profesor de Turismo de la Universidad de Las Palmas, Pedro Hernández Camacho, viajaba junto a 27 alumnos de regreso a casa. Los estudiantes habían pasado la semana en la Feria Internacional de Turismo (FIT) de Berlín.
Su vuelo estaba programado para aterrizar en Lanzarote. Sin embargo, la tarde se convirtió en un desconcierto. "Lo más grave es que un billete es un contrato", defiende el profesor. Hernández insiste en la falta de información veraz de la compañía, las contradicciones de sus operarios y en la incapacidad para solucionar los problemas que iban surgiendo. Para rematar, los pasajeros no saben donde están sus maletas porque no les fueron devueltas al desembarcar del avión.
"No íbamos a tener alojamiento y nos dan un bono para que comieramos algo en el Burger King del aeropuerto porque era lo único que quedaba abierto", relata Pedro. Ante la negativa de proporcionarles un espacio en el que dormir, se armó cola en el mostrador de Iberia Express hasta casi las dos de la mañana, momento en el que algunos pasajeros fueron desplazados a alojamiento en el sur de la isla. Otros fueron a casa de familiares, optaron por pagar de su bolsillo un hotel o esperaron en la terminal.
Una pareja viajaba con sus dos hijos de ocho y catorce años. "A eso de las cinco de la mañana me despiertan y me dicen que me tengo que ir porque viene la gente importante de Aena", narra un pasajero. Había dormido con sus hijos en los asientos de una cafetería del aeropuerto, a falta de que la compañía le proporcionara una alternativa para pasar la noche. Aún no saben cuándo podrán regresar a la isla: "Es la una de la tarde, han estado riéndose de nosotros cada 15 o 20 minutos diciéndonos que íbamos a salir y aún no lo saben", se lamenta.
La mañana de este lunes el programa Buenos días, Lanzarote de Radio Lanzarote no pudo emitirse. Entre el trajín de los vuelos que no conseguían aterrizar en la isla, estaba su presentadora Techy Acosta. "No nos dijeron cuáles son los motivos", critica otra pasajera. La batalla por volver a casa continúa para estos viajeros aún atascados en el Aeropuerto de Gran Canaria. "Ahora han programado un vuelo para las dos de la tarde", relata uno de los afectados.