El 11,8% de los canarios rehusan utilizar mascarilla, a pesar de estar científicamente comprobado que reduce la posibilidad de contagios y es un órdago más -probablemente el más efectivo hasta que haya vacuna- para controlar la epidemia. La situación, además, no es igual en ambas provincias. Según el informe final encuestra serológica Ene-Covid del Ministerio de Sanidad, la población de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura es más reacia a utilizarla (14,2% admite no ponérsela), mientras que este porcentaje desciende en Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (9,5%).
La situación, en todo caso, ha mejorado en relación a las semanas previas. Según el mismo informe, a mitad de mayo - en el mismo momento en el que el uso de mascarilla se hacía obligatoria- tres de cada diez canarios la olvidaban en casa. La situación mejoró a la semana siguiente, y a principios de junio el porcentaje ya había bajado hasta el 15,6%. En todo el periodo, el nivel de incumplimiento ha sido mayor en la provincia de Las Palmas que en la de Santa Cruz de Tenerife.
Más incidencia en Santa Cruz de Tenerife. Cabe recordar que la provincia occidental ha sido la más afectada por la incidencia de la Covid-19. Según los datos de la Consejería de Sanidad, el 66% de los casos de coronavirus que se han dado en el Archipiélago se han diagnosticado en Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Un total de 1.624 que se acumulan en su práctica totalidad en Tenerife (1.506). La provincia oriental, por su parte, ha acumulado hasta el momento 783 casos de coronavirus, lo que supone el 31% del total.
Las mascarillas son clave. "Las mascarillas son clave para protegernos y controlar, disminuir la expansión del virus persona a persona", señala el virólogo de la Universidad de la Laguna (ULL). Agustín Valenzuela, que señala que los "estudios científicos demuestran la utilidad de las mascarillas para proteger tanto a la población en general como al personal sanitario, siendo una herramienta clave para el control de brote y expansión del virus, desde el primer momento, y como han demostrado los países asiáticos frente a SARS (2002-2003), MERS (2015) y H5N1 (varios brotes)". De hecho, el pasado marzo, investigadores de la Universidad de Oxford, en un análisis publicado en la revista científica The Lancet, insistían en que "como la evidencia sugiere que la Covid-19 se puede transmitir antes de que haya síntomas, la transmisión comunitaria se puede reducir si todo el mundo, incluida las personas que se han infectado pero son asintomáticas y contagiosas, utilizan mascarillas". Esta teoría también la avala el Centro Europeo de Control de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) que afirma que "usar mascarillas en público puede ser un recurso de control para reducir la propagación de la infección en la comunidad".
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