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Aminatou Haidar se consume

A las seis de la tarde, Aminatou Haidar salió del cuarto donde duerme desde hace 26 días para ir al baño. Sin embargo, en esta ocasión su salida fue muy distinta a la de otros días. Necesitaba tomar un poco de aire y su ...

A las seis de la tarde, Aminatou Haidar salió del cuarto donde duerme desde hace 26 días para ir al baño. Sin embargo, en esta ocasión su salida fue muy distinta a la de otros días. Necesitaba tomar un poco de aire y su ayudante personal, Edi Escobar, empujó su silla de ruedas hacia el aparcamiento de guaguas para turistas del aeropuerto de Lanzarote. Durante diez minutos, la activista saharaui permaneció en el exterior. Es el tiempo más largo que ha estado fuera de su pequeña e improvisada habitación en la última semana.

A Haidar se la ve débil, necesita ayuda para incorporarse, y con el rostro más delgado. Sus movimientos son lentos y parece tener problemas de equilibrio. Su progresivo deterioro se hace cada vez más evidente cuando está a punto de entrar en la quinta semana de huelga de hambre. A partir de estos días, la interrupción voluntaria de la ingesta de alimentos es cuando comienza a pasar factura de verdad, con secuelas que podrían ser irreversibles. Sin embargo, su determinación no parece haberse quebrado y todo su entorno destaca su lucidez y coraje, pero también insisten en la necesidad de encontrar una solución a la mayor brevedad posible.

Los movimientos en la escena internacional, con las gestiones diplomáticas puestas en marcha por Estados Unidos y las peticiones de la UE y la ONU para que Marruecos acepte el regreso de la activista a El Aaiún, habían despertado un cierto optimismo que hoy se ha visto truncado con la negativa del reino alauí. Sin embargo, todos saben que este pulso no ha terminado y que las cuestiones diplomáticas llevan su tiempo. Ésta es la esperanza a la que se agarran todos.

De igual forma, la noticia de que familiares de Aminatou, entre ellos su propia hermana, podrían venir desde El Aaiún a visitarla en las próximas horas ha generado también una discreta sensación de optimismo en el entorno de Haidar que permanece en el aeropuerto de Lanzarote, por si esto pudiera representar una opción para su regreso. Sin embargo, nadie parece estar en condiciones de asegurar que el fin de la huelga de hambre esté cerca. Todo el mundo aguarda, pero nadie sabe muy bien por dónde va a surgir la salida.

Frente a esto, la noticia del día fueron el frío y la lluvia. Serían las cinco de la mañana cuando una violenta tormenta descargó durante una media hora una tromba de agua que sobresaltó a todos los acompañantes de Haidar (algunos de ellos duermen en el suelo sobre colchonetas bajo una marquesina) y provocó que todos se despertaran hoy mucho más temprano. Hasta Haidar se preocupó por la tromba de agua y, desde dentro de su angosto cuarto, quiso saber si alguien se había mojado más de la cuenta.

ACN