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Fotos: Sergio Betancort
Las calles del centro de Arrecife, junto a la parroquia de San Ginés, se
han inundado de color con motivo de la celebración de la festividad del
Corpus Christi. Durante toda la noche más de 400 personas, integradas en
29 colectivos, han confeccionado un total de treinta alfombras de sal
coloreada, utilizando para ello alrededor de 28 toneladas de este
condimento salado.
El edil de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife, Lorenzo Lemaur, ha
destacado la alta participación de esta edición, al tiempo que aplaudió la
labor de los vecinos de Arrecife que dedicaron horas para la elaboración
de estos tapices artesanales. Este año, además de los diferentes centros
escolares, asociaciones de vecinos, colectivos sociales, culturales y
deportivos, también se implicaron en esta tradición los concejales del
grupo de gobierno de Arrecife que, junto al alcalde Cándido Reguera,
elaboraron su propia alfombra de sal. Así, una treintena de alfombras
adornaron el camino de la procesión del Corpus por las calles de Arrecife.
Según explica Lorenzo Lemaur, "la confección de estas alfombras de sal se
ha convertido en un acto de encuentro, participación y de cooperación de
las distintas colectividades de nuestro municipio". "Durante toda la
noche, cientos de voluntarios, muchos de ellos jóvenes y niños, han
colaborado en esta tradición, lo que demuestra el entusiasmo de los
arrecifeños", resalta Lemaur.
Una tradición teñida de color
En su momento, como en otras islas, las calles de la población de Arrecife
se adornaban con toda clase de flores, plantas y hasta aserrín para la
ocasión. Sin embargo, años después empezó a utilizarse la sal, teñida de
colores, para confeccionar las alfombras gracias a la donación de las
conserveras lanzaroteñas. En la actualidad los organismos oficiales, por medio de los departamentos pertinentes, se encargan de coordinar y cuidar que esta tradición no se pierda. Para ello, tanto el Cabildo como el Ayuntamiento de Arrecifeproporcionan la sal, solicitan la participación de instituciones y particulares para la elaboración de las alfombras, y estimulan a los colectivos de diferentes maneras para que esta tradición no sólo no se pierda sino que se acreciente.