Política

Resucitar el Complejo

El Complejo Agroindustrial podría resurgir del olvido. Desde que la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, anunciara el pasado mes de noviembre durante la inauguración de Lanzametal 2006 la creación de ...

Resucitar el Complejo

El Complejo Agroindustrial podría resurgir del olvido. Desde que la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, anunciara el pasado mes de noviembre durante la inauguración de Lanzametal 2006 la creación de un consorcio entre los Ayuntamientos de la isla y la Institución Insular para adquirir el Complejo, varios han sido los encuentros entre el Grupo de Gobierno y el Ayuntamiento de Teguise, actual propietario de las instalaciones.

Ambas instituciones ya han encargado sus propias tasaciones para enfrentarse a una negociación en la que el Ayuntamiento de La Villa, ya adelanta en boca de su concejal de Hacienda, Luciano Pérez que "el Cabildo estará concienciado de que tenemos que defender los intereses del Consistorio". Por su parte en el Cabildo quieren ir con pies de plomo en una operación que podría generar las suspicacias de la oposición, teniendo en cuenta el desembolso que supondría para las arcas de la institución la adquisición una obra mítica y a la vez conflictiva en la historia de Lanzarote. Lo que a principios de la década de los 90 era una floreciente industria a partir de productos de la agricultura y ganadería de la isla, hoy es un almacén de recuerdos y máquinas oxidadas.

Los buenos tiempos

"Eran un verdadero manjar". Así recuerdan algunos lanzaroteños las bolsas de batatas fritas, uno de los "inventos" de Dimas Martín, el hombre que ideó y construyó el Complejo Agroindustrial. Hoy Dimas Martín está en prisión por malversar los fondos del Complejo y las bolsas de batatas fritas sólo permanecen en el recuerdo de los que las fabricaron y las probaron.

Era noviembre de 1990 cuando la fábrica de batata frita abría sus puertas y Dimas Martín mostraba orgulloso su producto a las autoridades regionales que se desplazaron a la isla para la inauguración. A continuación vendrían la planta clasificadoras de cebollas que iban a ser exportadas a África, la fábrica de piensos para ganado, las bodegas donde Lanzarote tendría un vino único y la quesería, a la que los ganaderos transportaban su leche para recibir a cambio, al menos esa era la promesa, 32 pesetas más por cada litro sacado de sus cabras.

Junto a las fábricas, otras naves proporcionaban a los agricultores y ganaderos todos aquellos aperos necesarios para su labor "desde picos, palas, hasta piensos para los animales", recuerda Heladio Martín, trabajador del Ayuntamiento de Teguise y "San Pedro" cargado de llaves de varias de las naves del Complejo Agroindustrial.

Eran años en los que las instalaciones desde las que se divisa con claridad La Villa rebosaban vida, la que aportaban los compradores que acudían al hipermercado que albergaban sus instalaciones, los lanzaroteños que degustaban el menú que ofrecía el restaurante situado junto a las oficinas del Complejo o los escolares que visitaban las instalaciones para conocer in situ cómo se transformaba la uva en vino y la leche en queso.

"Yo recuerdo que estaba en las bodegas con el megáfono cuando venían los colegios a visitarlas", recuerda Alberto López Pelaez, enólogo del Cabildo, que ahora recorre las bodegas del Complejo con cierta nostalgia por lo que un día significaron esas instalaciones ahora en el olvido. "La agricultura está tan mal ahora en la isla, que creo que el Complejo no funcionaría como en su momento. Lo único que queda es el vino yestá dando también sus coletazos".

La caída

Dimas Martín y el Complejo se convirtieron en la solución para el sector primario ya en declive. El líder del PIL aseguraba la producción de agricultores y ganaderos. Leche, uva, cebollas, batatas, todo se pagaba al productor a un precio mayor que el que ofrecía el mercado y prefijado, pero a la hora de comercializarlos, "no se vendían a ese precio, tu no puedes decirle a un catalán que tiene que comprar la cebolla a 40 pesetas", así lo explica Higinio Hernández, consejero de Agricultura y Ganadería.

Conoce bien el Complejo Agroindustrial porque formó parte del proyecto hasta su cierre y achaca el fracaso de sus instalaciones a la gestión que se hizo de ellas. "El problema es que se mezclaron todas las industrias de una manera confusa porque unas industrias eran rentables y otras no lo eran" recuerda el consejero "si un año la cebolla se pagaba a 10 pesetas y el Complejo la pagaba a 20 pesetas, no se puede ir a buscar dinero de otra de las industrias que si eran rentables, habrá que buscar subvenciones para afrontar ese pago".

Según apunta Higinio Hernández la actividad de cada una de las cuatro industrias del Complejo no se separó hasta prácticamente mediados de los noventa. Fue entonces cuando se crearon cuatro filiales de la Agrícola Marinera, la compañía dependiente del Ayuntamiento de Teguise que gestionaba el Complejo. Cuando tomaron forma las filiales dedicadas al vino, el queso, el pienso y la batata ya era demasiado tarde, "alguna ni llegó funcionar" afirma el consejero. Comenzaron los problemas de impago a los agricultores y ganaderos "que se fueron buscando la vida y dejando el Complejo" concluye Higinio Hernández.

Para el concejal de Hacienda de Teguise, Luciano Pérez el problema estuvo en "la gestión que se hizo en aquella época, basada en la política y sin un verdadero criterio de relanzamiento del sector primario de la isla". Nadie hace referencia directa a Dimas Martín, parece que nadie quiere recordar al líder del PIL. "Los tribunales han hablado, no voy a ser yo quién diga nada" afirma Luciano Pérez. Según el concejal el Complejo Agroindustrial se tomó como una inversión, cuando en realidad se trataba de una obra mucho más grande, de carácter insular difícil de asumir por un Ayuntamiento, "una mala gestión la acaba pagando los ciudadanos".

Deudas

Por unos 2,4 millones de euros compró el Ayuntamiento de Teguise el Complejo Agroindustrial al banco, cantidad que el Consistorio ha estado pagando durante cuatro años. A este dinero se suma los cerca de doce millones de euros que hubo que pagar a la constructora por toda la obra del Complejo, "había créditos bancarios con cargo al Ayuntamiento, a la empresa Agrícola Marinera y sus filiales.

A día de hoy el Complejo está libre de cargas, pero no así las empresas dependientes de la Agrícola Marinera sobre la que pesa según el concejal de Hacienda de Teguise, unos dos millones de euros. Si el Cabildo adquiriera el Complejo, la deuda quedaría en la empresa y sus filiales. Parte de esa deuda, que incluye el impago a los agricultores y ganaderos, se ha ido derivando en estos años al Ayuntamiento de Teguise, "hemos ido pagando a la seguridad social y a proveedores". El Ayuntamiento está haciendo un estudio de esa deuda para determinar qué se hace con ella, "habría que ver si se hace cargo el ayuntamiento de esa deuda, hay algunas que han prescrito y otras que continúan ahí" explica Luciano Pérez.

Presente y futuro del Complejo

La Voz ha recorrido el Complejo Agroindustrial a falta de la quesería. La consejería de Agricultura no ha dado su consentimiento por la imagen que pueda proyectar una fábrica cuya maquinaria no se usa desde hace diez años. De esa época sólo queda una maquinaria que lleva una década sin funcionar y unas naves que hoy sirven de cobijo a muchos pájaros que han encontrado al abrigo de las uralitas que cubre el tejado un lugar donde anidar. Las asociaciones de Teguise han encontrado en el Complejo el local que nunca tuvieron para desarrollar sus actividades.

La antigua fábrica de batata frita es un almacén de ala deltas y parapentes de los miembros del club de vuelo "Horus".Donde Dimas Martín ideó la planta clasificadora de cebollas con toda su maquinaria, patinaban los niños y jóvenes del Club de Patinaje de Teguise, al menos hasta la inauguración del Pabellón de Deportes. Sus paredes lucen pintadas con peces y otros motivos marinos, fruto de las manos de los alumnos de la escuela taller a la que anteriormente estuvo cedida la nave. La que otrora fuera manufactura de piensos es hoy garaje de la Policía de Teguise, en el que se guardan toda clase de vehículos.

Donde hace algo más de una década se dispensaban cubas, picos y otros enseres agrícolas, hoy ocupa una de sus estancias el servicio de limpieza del Ayuntamiento de Teguise y todo tipo de trastos, algunos de ellos pasto del polvo. Stands de ferias, carrozas probablemente de pasados carnavales e incluso un misil de origen soviético que llegó a nuestra isla para convertirse en monumento a la paz y se ha quedado en uno de esos trastos que nadie sabe dónde colocar. El Taller de Empleo Las Cabreras ocupa el edificio que inicialmente albergaba las oficinas del Complejo y el restaurante contiguo. Junto a la barra abandonada del bar, una pizarra garabateada con escritura rápida cuelga delante de típicas sillas de aula. Es una de las clases que utilizan los alumnos de la Escuela Taller de Viverismo que en este curso se desarrolla en el Complejo.

El futuro que el Cabildo quiere para el Complejo Agroindustrial es otro. Según explica el consejero de Hacienda de Lanzarote, Luis Arráez, está prevista en los presupuestos de 2007 una partida económica para la adquisición del Complejo, aunque prevé que será insuficiente, "cuando sepamos la cuantía pasaremos dinero de otra partida a la compra del Complejo, pero en cualquier caso vamos a solicitar la ayuda del Gobierno de Canarias".

La idea del Cabildo es poner en marcha la quesería aunque no la explotará la institución, sino se concederá mediante concurso a una empresa que la gestione. En cuanto a las bodegas, el enólogo Alberto López Pelaez ya ha presentado un proyecto para reconvertir la nave originaria en la que hoy se almacenan 700.000 litros de vino de las bodegas de la isla, en una cámara frigorífica a cero grados en la que guardar el zumo de uva, que más tarde la bodega convertirá en vino.

El proyecto para el Complejo Agroindustrial que está en mente del Grupo de Gobierno, ha sido recibido con ciertas suspicacias por los partidos en la oposición, a los que oficialmente no les han comunicado la intención de compra. El secretario de los socialistas en Lanzarote, Manuel Fajardo recuerda que el Cabildo tenía opción de compra con el banco en el momento en que el Complejo fue adquirido por Teguise. Ahora Fajardo cree que si el Ayuntamiento no ofrece el Complejo por la misma cantidad que lo compró, 2,4 millones de euros, "me parecería una tomadura de pelo a los intereses del Cabildo".

El socialista declara esperar que "no se atrevan a pretender ahora que el complejo les salga gratis al Ayuntamiento" y considera que la compra "huele mucho argumento electoral, a crear expectativas entre los agricultores y ganaderos de la isla". Desde Alternativa Ciudadana recuerdan que "curiosamente las personas que quieren ahora adquirir el Complejo son las que acompañaron a Dimas Martín en su momento", apunta Domingo González y cree que "no podemos permitir que nuevamente los políticos en campaña electoral adquieran el Complejo para captar votos".

Pese a las suspicaciastanto socialistas como miembros de AC-25M, creen que si realmente se pudiera dar salida al sector primario "con unas bases serias", puntualiza Fajardo, "bienvenido sea el Complejo" concluye Domingo González. Similar posición presenta el Partido Popular. Francisco Cabrera desconfía. "Es una oferta que se hace a cinco meses de las elecciones y eso pierde mucha credibilidad", aunque no se pronuncia porque "primero tenemos que ver de qué condiciones de compra estaríamos hablando".

Por su parte Antonio Hernández, Presidente del PIL, aplaude la iniciativa del Grupo de Gobierno. "Dimas Martín como todo el partido se alegrará de que se ponga en activo el complejo porque es la única salvación de la ganadería y la agricultura". Cree que el Complejo lleva tantos años parado "porque fue una obra del PIL" y opina que sus ex compañeros de partido ahora en grupo de Gobierno han puesto en marcha esta iniciativa porque "tendrán remordimientos de conciencia".