Un "incidente mínimo". Así califica Repsol lo sucedido el pasado martes en uno de sus pozos de Alaska, donde según la agencia de prensa internacional Reuters se vertieron unos 6.600 galones de crudo (unos 25.000 litros). La empresa, que no había informado públicamente de estos hechos, ha contactado con La Voz para "desmentir" la versión dada por el Cabildo, que se hizo eco de esta noticia en un comunicado.
Repsol sostiene que sólo "se vertió agua mezclada con algo de hidrocarburo" y que "la cantidad derramada fue mínima". Sin embargo, desde la empresa no han aclarado exactamente la cantidad, pese a que ya han pasado tres días desde el "incidente", y pese a agencias de prensa internacionales ya han publicado una cifra. "Aún se tiene que certificar", se han limitado a señalar telefónicamente a este medio un responsable de la empresa.
En cuanto al motivo de este derrame, la compañía niega que hubiera una "explosión", como difundió el Cabildo, y sostiene que lo que sucedió fue que "se rompió una manguera". Sin embargo, tampoco han explicado las causas de esa rotura. "Se están analizando", han señalado desde Repsol a La Voz. Sobre este punto, la agencia internacional Reuters señalaba que la "rotura" se produjo "en un conducto en un pozo".
"No fomenta un debate sereno y riguroso"
La empresa, que no envió un comunicado oficial para aclarar estos hechos, se ha dirigido personalmente a La Voz para reclamar que se publique su respuesta al Cabildo. "Repsol lamenta la campaña de desinformación sistemática que se lleva a cabo desde algunas instancias en relación al proyecto de investigación en Canarias, que no fomenta precisamente un debate sereno y riguroso", señalan en un correo electrónico enviado a este medio.
Según la compañía, "las medidas de seguridad funcionaron perfectamente" y "como prueba de que el incidente ha sido muy menor, los trabajos exploratorios ya se han reanudado con el visto bueno de las autoridades estadounidenses". Sin embargo, para eso han hecho falta dos días, ya que no fue hasta la noche del miércoles (según la propia empresa) cuando se permitió reanudar la actividad.