Si un cargo público cobra más de lo decorosamente razonable, ¿se podría entender como un robo a las arcas públicas? Una vez más, y van ya demasiadas, vemos como los dirigentes de una institución pública, en este caso en el Ayuntamiento de Arrecife, sin encomendarse ni a dios ni al diablo, con nocturnidad y alevosía, diría yo, se suben los sueldos, como si estos ya no fueran lo suficientemente altos.
Casualidades de la vida, desgraciadas casualidades, estamos en el municipio con la mayor tasa de desempleo de España, que a la vez es la mayor de Europa, con lo que se podría decir, que tenemos, en Arrecife, el mayor porcentaje de parados, con los políticos mejor pagados de Europa. ¡De vergüenza! Suponiendo que estos dirigentes la tuviesen, otra vez, y van muchas, toman el dinero y corren.
¿A qué demonios se presentan estos señores a unas elecciones, a cobrar o a robar? Es que a caso piensan que los ciudadanos somos tontos o que nos sobra el dinero y que ellos están para tomarlo, como si no nos costara nada. Somos votantes, no botarates.
¡Coño, qué ya esta bien! Que yo en mi trabajo, si no estoy de acuerdo con lo que gano, no meto la mano en la caja y me pongo el sueldo que me de la gana. Si no me gusta lo que gano, intento cambiar de trabajo y si no, pues a contentarme con lo que gano. Pero en cambio Ustedes, simplemente meten la mano, y esto pa´ ti, esto pa´mi, como si se estuvieran repartiendo estampitas, solo que éstas, se guardan en el banco.
Ustedes, libremente han optado presentarse a unas elecciones, que yo sepa, nadie les puso una pistola en el pecho para ir en una lista, por lo tanto, tampoco nos vengan ahora a tomar el pelo, aunque en este caso es mejor decir, no nos vengan a vaciar los bolsillos.
¿Es que no sienten vergüenza, cuando les ingresan el sueldo, saber que la gente, demasiada gente en Arrecife, esta pasándolo muy mal, directamente pasando hambre? Y no es demagogia , sólo necesitan darse una vuelta por las noches, cuando los supermercados de la ciudad sacan las basuras, ver, como desgraciadamente, hay vecinos que esperan para revolver entre los cubos y llevarse algo de comer a sus casas.
Si pasear por la ciudad, entre cubos de basura, no es de su nivel, dénse una vuelta por el comedor de Cáritas o también pregunten a su compañera, la concejal de Servicios Sociales, cuánta gente le pide ayuda para dar de comer a sus hijos.
Lo repito, hay que tener muy poca sensibilidad social, poca humanidad y mucha cara dura, para que a esos mismos vecinos, a los que les dicen, que el Ayuntamiento no tiene dinero para conseguir más ayudas sociales, a la vez, sean estos mismos dirigentes, los que tienen la frescura de subirse los sueldos, como si el dinero cayera del cielo, sin querer acordarse de que ese dinero que tan alegremente se gastan cada vez que se van de juerga, es dinero de los vecinos, que se parten la espalda trabajando para pagar los impuestos, para que después vengan estos avispados a ponerse estos insolentes sueldos.
Tal vez la facilidad que tienen estos mandamases, para ponerse suculentos sueldos sin ponerse colorados, es en el fondo lo que justifica tanta moción de censura, tanto transfuguismo político, tanta vomitera política.
Y a todo esto no escapa la demagogia de los concejales liberados, en la oposición, que se ponen endemoniados criticando de disparatado al grupo de gobierno, cuando ellos también tienen sus buenos sueldos públicos y que yo sepa, no los veo que renieguen a ellos, y se pongan a trabajar como cualquier hijo de vecino, porque una cosa es cobrar por colaborar en la ¿gobernabilidad de la capital? y otra, es vivir de los vecinos.
Aquí, todos son capaces de justificar hasta el mayor absurdo, con los más exóticos argumentos: "dimito, si cobro un céntimo más que el alcalde anterior" ¡y tan ancho se me queda el hombre! Pero bueno, no era Usted, el que decía que el alcalde anterior, junto a su grupo, sólo sabían dilapidar el dinero píblico. ¿En qué quedamos, si lo cobra el anterior es derrochar, y si lo cobran Ustedes, es economizar?
A esta clase de políticos, lo único que dan a entender es que vienen a la vida pública, a las instituciones, a llevarse el dinero, todo el dinero que puedan en el menor tiempo posible. Saben que en cualquier momento llega otro más espabilado y le quita el puesto, y el sueldo, ¡claro! Y eso, es lo que más les mataría.
Ahora entiendo a los fanáticos pilista, que dicen que a la cárcel siempre meten al mismo, mientras los demás hinchándose los bolsillos, paseándose por la calle real como si fueran pavos reales, o concejales, o mejor aún, alcalde de Arrecife.