El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, acompañado de un buen número de cargos públicos, ha puesto en la mañana de este viernes la primera piedra de las obras de saneamiento, depuración y reutilización de aguas residuales de Órzola (Haría), en la isla de Lanzarote.
Las aguas, ahora, se vierten directamente al mar y con la reciente construcción del dique de cierre del puerto, la situación ha empeorado al reducirse sensiblemente la capacidad de que se disuelvan los vertidos. Los trabajos, que durarán un año, tendrán un coste de 2,5 millones de euros.
La situación se agrava durante el periodo estival debido al importante incremento de la población residente y visitante. El expediente ha sido tramitado por la vía de emergencia después de que en octubre aparecieran cientos de peces muertos junto al puerto de la localidad, desde donde parten los barcos hacia la vecina isla de La Graciosa.
Las obras consistirán, fundamentalmente, en la instalación de redes de saneamiento y reutilización, así como en la construcción de dos estaciones de bombeo, una depuradora para el tratamiento de las aguas residuales, y un depósito regulador para el almacenamiento del agua tratada. Las aguas ya regeneradas se podrán reutilizarán en la jardinería y agricultura de la zona.
Rivero recordó el espectáculo "dantesco" de los peces muertos en octubre y señaló que no es fácil tramitar tan rápido una obra de este tipo. Por su parte, el alcalde de Haría, José Torres, señaló que se trataba de una necesidad imperiosa para la localidad.
ACN Press