El que fuera secretario general de Izquierda Unida en Lanzarote, Manuel Garzón, ha anunciado este lunes que abandona definitivamente la organización. "Lo mío es una dimisión por objeción de conciencia", ha dicho Garzón, tras hacer pública una nota en la que acusa a la formación política de llevar a cabo una "segregación racial, cultural o religiosa".
La denuncia de Garzón tiene su base en la asamblea que celebró Izquierda Unida de Lanzarote el pasado 23 de enero. Según cuenta, en la asamblea "se justificó el rechazo de 43 afiliados y afiliadas" con "expresiones como ‘desembarco’, ‘invasión’o ‘gueto’, al referirse a que la mayor parte de esas afiliaciones son de musulmanes y parte de éstos de origen saharaui".
Según cuenta Garzón, un afiliado presentó ante la Unidad de Afiliación y Recaudación del partido 43 afiliaciones, que quedaron entones "bloqueadas, en fase de aceptación" hasta que "se decide rechazarles, hablando de que se trata de un ‘desembarco’ y que estas personas ‘vienen a quedarse con la organización’", explica. Además, Garzón añade que "la actual dirección" redactó "un informe donde explica que a su criterio ya están suficientemente representados con dos personas, implicando en este conflicto al colectivo saharaui y les acusa de querer ocupar y quedarse con la organización". El ex secretario general de IU puntualiza en su nota que "ninguno de esos afiliados" pertenece "a colectivo alguno".
"Objeción de conciencia"
En la nota, Garzón incide en que las afirmaciones de la actual directiva a las que hace referencia son "hechos probados con actas e informes escritos y grabaciones". "No puedo ser parte de una segregación racial, cultural o religiosa", dice.
Este es el motivo por el que se marcha "por completo" de Izquierda Unida. "Mi obligación moral es dimitir y, desde luego, denunciarlo", considera Garzón, que cree que tales argumentos son "simplemente inadmisibles".