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Los empresarios de Lanzarote piden explicaciones sobre la nave de Spínola

Malestar. Ése es el ambiente que se respira entre gran parte del empresariado lanzaroteño ante la posibilidad de que el Grupo Spínola abra las puertas de una gran superficie en el barrio arrecifeño de ...

Los empresarios de Lanzarote piden explicaciones sobre la nave de Spínola

Malestar. Ése es el ambiente que se respira entre gran parte del empresariado lanzaroteño ante la posibilidad de que el Grupo Spínola abra las puertas de una gran superficie en el barrio arrecifeño de Argana Baja, junto a carretera que lleva a San Bartolomé. Allí en el último año se ha levantado una gran nave industrial, cuya actual apariencia indica que más que una finalidad comercial, el edificio está pensado para acoger un centro comercial. Parking subterráneo, ascensores a la vista y un diseño amplio y abierto en la parte frontal son señas de identidad de grandes superficies comerciales. Pero oficialmente nadie sabe nada.

Mientras tanto, al Ayuntamiento de Arrecife le han solicitado, mediante una petición avalada por varias asociaciones empresariales integradas en Felapyme, y en la que figuran firmas como las de Alfredo Villalba y Alberto Morales, una copia del expediente que incluye la licencia de obras concedida al Grupo Spínola, perteneciente al presidente de la Cámara de Comercio de Lanzarote, Eduardo Spínola, para edificar la nave que posiblemente se convierta en centro comercial. Además quieren ver el plano de la zona que contempla el actual Plan de Ordenación Urbana de la capital, ambos documentos con la intención de corroborar la legalidad de las obras.

El proyecto perdido

Sin embargo, una parte importante del expediente de esa licencia no aparece. Según explica la ex concejal de Urbanismo de Arrecife, Nuria Cabrera, el proyecto de obra inicial fue modificado varias veces. Los documentos de la última de esas modificaciones no han sido encontrados en el Ayuntamiento. Nuria Cabrera asegura que buscó el último proyecto de la nave a principios del pasado mes de noviembre, cuando elaboró un requerimiento para que los técnicos de urbanismo del Consistorio visitaran las obras para ver si se ajustaban o no a la licencia concedida, con el fin de que hicieran un informe.

Los técnicos visitaron la nave de Argana, pero el informe no se hizo. "Yo nunca vi ese informe porque los técnicos necesitaban ver qué permitía la licencia viendo el último modificado del proyecto", afirma Nuria Cabrera, quien solicitó una copia del proyecto perdido a través del Cabildo sin obtener resultados y recurrió finalmente alColegio de Arquitectos, para que fueran ellos los que facilitaran la última modificación."Ahí lo dejé yo", concluye la concejal. Pocas semanas después abandonó el Grupo de Gobierno del Ayuntamiento junto a sus compañeros del Partido Socialista.

Desde el área de Actividades Clasificadas del Ayuntamiento se le ha concedido el correspondiente permiso, en el que constan los más de 2.000 metros cuadrados del edificio y por el que se regulan las características técnicas del edificio, cuando va a desarrollar una "actividad insalubre, molesta y peligrosa", explica el consejero del área, Luis Morales, que aclara que este tipo de permiso lo necesita "hasta una tienda de ropa con aire acondicionado". En cualquier caso, según puntualiza Luis Morales, "esa licencia no vale nada si no va con la de primera ocupación".

Descontento en el empresiarado

Parece que el malestar por la posible apertura de una gran superficie se extiende incluso hasta algunos empresarios que acudieron en la misma plancha electoral que Eduardo Spínola a las elecciones de la Cámara de Comercio, como es el caso de Alberto Morales. Y es que aunque ostenta un cargo cameral al lado de Eduardo Spínola, Morales, representante de la asociación Arrecife Zona Centro, es uno de los firmantes de la solicitud del expediente de la nave. En cualquier caso, ni Morales ni el presidente de Felapyme, Alfredo Villalba, han querido hacer declaraciones al respecto del sentir del empresariado lanzaroteño que les ha llevado a querer saber más sobre la licencia de esta nave.

Pero el Ayuntamiento no es la única institución a la que estos empresarios han recurrido, porque también han tocado a la puerta de la Dirección General de Comercio de Canarias para saber si los Spínola han solicitado la licencia comercial específica. Una licencia que sólo pedirán al Gobierno regional si su intención es abrir una gran superficie. "Hay licencias de actividades clasificadas que da el Ayuntamiento pero las destinadas a grandes superficies son cosa del Gobierno de Canarias", apunta la ex concejal de Urbanismo de Arrecife.