Fotos: Sergio Betancort.- Lanzarote es una isla acostumbrada al viento pero no hasta el punto de lo sucedido anoche. El vendaval sopló del suroeste de 70 kilómetros por hora, aunque en algunas ocasiones llegó a alcanzar rachas de 91 kilómetros por hora. Esto ha provocado que esta mañana Lanzarote se levantase con postes de la luz tirados, contenedores arrastrados, cristales rotos o señales de tráfico arrancadas literalmente del suelo.
En este sentido, los bomberos no han dejado de trabajar realizando hasta el medio día más de cien salidas en todos los municipios, aunque los principales problemas se han centrado en las localidades de San Bartolomé, Arrecife, Tías y Teguise donde ha habido desprendimientos así como caídas de muros, postes y árboles.
Cortes de calles
Este trabajo se ha visto reforzado con la participación de las fuerzas de seguridad que han colaborado en labores de vigilancia.
De hecho, han sido los que han tenido que cortar algunas calles ante el peligro de caída de algunas estructuras como ha ocurrido en la calle Coronel Valls de la Torre de la capital, donde la policía ha tenido que colocar vallas ante el peligro de caída de los cristales rotos en la piscina del hotel Lancelot.
Tristeza
La imagen del día y que mejor ha simbolizado para todos los lanzaroteños esta tormenta ha sido la caída del juguete de viento de César Manrique ubicada en la rotonda de Tahíche. Y es que la escultura no ha podido soportar la fuerza de un viento que también ha cubierto con una fina capa de arena toda la Isla.
De hecho, se tardará mucho tiempo en volver a ver esta impresionante figura moverse gracias a la fuerza del viento.
Pero los destrozos han sido mucho más profundos. Además de las numerosas rupturas en infraestructuras de todo tipo, la agricultura de la Isla también se ha visto afectada por el paso de Delta.
Sobre este aspecto, el consejero de Agricultura del Cabildo, Higinio Hernández, destacó: "Se ha perdido casi el cien por cien de la agricultura de toda la Isla". Parece ser que el viento ha arrasado prácticamente con todos los cultivos de la Isla. Una situación que afecta tanto a aquellos productos que ya están plantados como los que se tendrán que preparar en los próximos meses, ya que el terreno también se ha visto afectado.