Los más de 70 ejemplares adultos, hasta 32 nidos y una veintena de huevos eclosionados que se han asentado en las inmediaciones del Cabildo de Lanzarote, parecen demostrar que el nuevo asentamiento de las garzas funciona. Éstos son algunos de los datos recogidos por el departamento del Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote en la zona de nidificación habilitada junto a la sede de la corporación insular. Allí se ha observado un aumento considerable de actividad de la población de garcilla bueyera. El incremento de los ejemplares en la nueva zona de anidamiento coincide con un descenso muy significativo del número de estas aves en el Parque José Ramírez Cerdá de la capital lanzaroteña, según el Cabildo.
De un informe presentado por los técnicos del departamento de Medio Ambiente se desprende que las distintas medidas llevadas a cabo para reducir la población de garzas en el Parque Ramírez Cerdá están funcionando correctamente.
"Por fin da frutos"
La presidenta del Cabildo de Lanzarote y máxima responsable del departamento de Medio Ambiente, Manuela Armas, ha expresado su satisfacción por este hecho. "Desde el Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife se lleva mucho tiempo trabajando para solucionar este problema, cosa que no era fácil, dado que había que combinar el respeto a las aves que exige la Ley, ya que es una especie protegida, con los problemas de salud pública que originan las garzas", afirmó Armas.
La presidenta añadió que "por fin parece que el enorme esfuerzo realizado por los técnicos de ambas instituciones, está comenzando a dar sus frutos, y la población de garcilla bueyera de Arrecife se aleja del Parque Ramírez Cerdá y comienza a instalarse en la zona habilitada para ella, donde causará menos molestias a los ciudadanos".
Medidas drásticas
Entre las acciones realizadas estos últimos años cabe destacar el vallado del perímetro, la plantación de especies arbóreas y arbustos similares a los del Parque Ramírez Cerdá, colocación de pantallas anti-ruido e instalación de posaderos artificiales, entre otras.
A todo esto hay que añadir las medidas llevadas a cabo en el Parque Ramírez Cerdá para tratar de disuadir a las aves de nidificar en aquella zona. Entre los meses de agosto y octubre de 2008, se realizó una poda drástica de los árboles del parque; se retiró y sustituyó la tierra vegetal; se aplicó un líquido repelente para aves en árboles y fachadas cercanas; se colocaron focos de alta intensidad; se instalaron 400 metros lineales de pinchos para evitar el posado de las aves en las ramas y se emplearon aves de cetrería (halcones y águilas de Harris) para ahuyentar a las garzas. Algo que se repitió en mayo del presente año y que hasta ahora ha logrado la migración de las aves hacia su nuevo hogar en la isla, según sostienen desde el Cabildo.