"La documentación que ha sido calificada como de 'alto valor', no tiene mayor relevancia". Así lo ha expresado este martes el delegado del Gobierno en Lanzarote, Marcial Martín, aunque el material encontrado está bajo recaudo de la unidad de Información de la Policía "para ser estudiada". Marcial Martín ha explicado que este lunes a media tarde los servicios de seguridad del Estado concluyeron que la causa de la explosión en la granja de Argana, en Arrecife, fue el escape de gas butano de una bombona. A consecuencia de la deflagración la vivienda se vino abajo aplastando a su morador, Marcelino Santana Santana, de 64 años de edad y trabajador del Ayuntamiento de Arrecife.
El delegado del Gobierno ha negado que se encontraran restos de explosivos en el interior de la vivienda, aunque sí ha reconocido que "se hizo un buen despliegue de fuerzas de seguridad". Un equipo de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) llegado desde Las Palmas, "porque tienen más medios", apunta Martín, se unió a los Tedax de la Guardia Civil en Lanzarote y a la Policía Científica.
A primera hora de la tarde de este lunes, la preocupación de los servicios de emergencia se centraba en la posibilidad de que hubiera otra persona atrapada entre los escombros, "un amigo cercano a la víctima", apunta el delegado del Gobierno, cuya motocicleta se hallaba aparcada cerca de la vivienda derruida por la explosión. "Hasta el lunes por la noche este hombre no había aparecido" por lo que se temió por su vida, un temor que desapareció cuando terminaron las labores de desescombro y confirmaron que en la casa, solo estaba el fallecido Marcelino Santana.
En el momento en que se retiró su cadáver, Marcelino presentaba ligeras quemaduras en su espalda, aunque la causa de su muerte fue el peso de los escombros de su vivienda. La investigación continúa abierta con el fin de averiguar si se trató únicamente de un descuido al dejar abierta la llave del gas o si otras causas intervinieron en este suceso.