"Lo importante no es si vamos a abatir cabras, sino si se puede restaurar Famara con cabras o no". Así se ha pronunciado el viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Pérez, que considera "injusta" la polémica que se ha generado en la isla, tras la presentación del proyecto para la restauración de hábitats en las cumbres de Famara, en el que se cuenta con la colaboración del Ministerio de Defensa.
Y es que, según ha explicado en este espacio hay "100 especies endémicas que solo se dan en Famara", que "no se encuentran en otro lugar del planeta" y que hacen que sea un lugar "privilegiado. "Por lo tanto, si simplificamos el proyecto de Famara en si vamos a abatir algunas cabras o no, me parece tremendamente injusto, porque es poner en la misma balanza 47 cabras con la pérdida de más de 100 especies que no tienen voz para defenderse, que son las especies naturales y endémicas que están ahí", ha señalado.
"A mí nadie me va a dar lecciones de qué es lo mejor para la biodiversidad y de qué es lo que como Gobierno de Canarias tenemos que proteger", ha continuado el viceconsejero del Ejecutivo regional, que cree que "tenemos que ser conscientes de que nos estamos jugando la biodiversidad del futuro de las Islas Canarias" y que "acciones como esas lo que hacen es generar discusiones que no están por beneficiar a nuestra propia biodiversidad". "Y desde luego ahí no va a estar el Gobierno de Canarias, con todo el respeto a la gente que quiera proteger la vida de los animales. Yo también tengo animales, tengo dos perros en mi casa y los quiero con locura, pero no hacen daño a la biodiversidad, no se comen especies endémicas", ha añadido Pérez, que considera que las cabras "no debieron nunca llegar a Famara libres".
"No se va a poner en peligro la vida de nadie por recoger una cabra"
En cualquier caso, el viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica del Gobierno de Canarias ha afirmado que abatir a estos animales será la "última opción". Y es que, en primer lugar ha asegurado que lo que se hará "es identificar si tienen dueño o no".
"Lo segundo es intentar cogerlas en el espacio donde están sin hacer ningún daño al animal", ha añadido Miguel Ángel Pérez que, eso sí, ha advertido que "no se va a poner en peligro la vida de nadie por recoger la cabra de una manera no agresiva". "Y en el caso de que sea imposible retirarlas por cualquier medio que sea seguro para las personas que accedan a los acantilados", será cuando se opte "por el abatimiento", ha detallado.
No obstante, si se lograra capturarlas, también ha señalado que, después de ponerlas "en cuarentena" porque "por cuestión de higiene y de salud pública no se pueden mezclar con las cabras de otros", lo más probable es que acaben siendo sacrificadas. "En el 90% de los casos siempre se sacrifican porque no tienen recursos ni ganaderos ni alimenticios. Tú no puedes comerte una cabra asilvestrada", ha indicado Pérez. "Es que nadie las quiere, porque no saben de donde salen. Y por mucha cuarentena que tengan, la gente quiere preservar la calidad genética de sus cabras para hacer la mejor leche, el mejor queso o que dé la mejor carne. Una cabra que no se sabe de donde sale, ningún ganadero la quiere", ha añadido.
"En todo caso, todavía no vamos a actuar con el tema de las cabras, no es inminente", ha afirmado el viceconsejero, insistiendo en que cuando llegue el momento se utilizarán "los medios menos gravosos" para las cabras. "Siempre es así, pero evidentemente no me pidas que utilice un helicóptero para sacar las cabras de ahí", ha puntualizado.
Asimismo, ha insistido en que "jugarse la vida para buscar una cabra en los acantilados de Famara" le parece una "irresponsabilidad". "Si ellos quieren hacerlo, que firmen un documento como que exoneran a la administración pública de cualquier tipo de responsabilidad con respecto a meterse ahí dentro", ha añadido, dirigiéndose a las voces críticas. Eso sí, ha hecho un llamamiento a la "responabilidad de todos" a proteger la biodiversidad endémica.
Además, en el caso de las administraciones, ha señalado su "obligación" a ello por ley, advirtiendo que si no se hace en Famara, podrían incluso ser sancionadas. "Porque si no lo protegemos nosotros, como son hábitats comunitarios, la UE puede abrir sanciones al Gobierno de España, y nosotros podemos abrir sanciones a los ayuntamientos y al Cabildo por hacer caso omiso a sus obligaciones de responsabilidad con respecto a la protección de la biodiversidad", ha asegura.
Por ahora, con respecto a la iniciativa en Famara, el primer paso y en el que ya se está trabajando es "con los proyectos experimentales". "Estamos recogiendo semillas y trabajando en el vivero que tiene el Cabildo haciendo semilleros de más de 40 ó 50 especies de plantas de la zona. Vamos a proceder a la plantación en las huertas experimentales, que tengan un proceso de adaptación y luego se trasladarán a la finca del escuadrón de vigilancia aérea para a partir de ahí generar un ecosistema rico y potente de nuevas plantas, para general más semillas", ha explicado Miguel Ángel Pérez, que ha apuntado que cuando se tenga "suficiente material genético" será cuando se proceda "a la fase dos, que es la de la restauración en Famara" y que será ahí cuando se intervenga con el asunto de las cabras.