Funcionarios del Ministerio de Fomento han notificado en la tarde de este martes al capitán del barco Arctic Sunrise de Greenpeace, Joel David Stewart, que se le ha abierto un procedimiento sancionador por una supuesta "infracción contra la ordenación del tráfico marítimo", "hechos tipificados como infracción muy grave en el Art. 308 de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante y que pueden ser sancionados con multa de hasta 300.000 euros".
Así lo ha hecho público la propia asociación ecologista, que en un comunicado explica además que la Dirección General de la Marina Mercante, dependiente del Ministerio de Fomento, ha comunicado al capitán la "retención" del buque "como medida cautelar hasta que los expedientados designen domicilio en España a efectos de notificaciones y constituyan aval o garantía suficiente por valor de 50.000 euros".
Greenpeace ya ha anunciado que va a recurrir esta medida por considerarla "totalmente desproporcionada". Según sostiene, "la organización nunca elude la acción de la Justicia", pero no va a "aceptar" una medida que considera "un atropello". Según Greenpeace, "detrás de esta medida se quiere esconder la también desproporcionada actuación de la Armada que el pasado sábado embistió a las lanchas de la organización mientras realizaban una acción pacífica, tal y como se pude ver el vídeo de los hechos".
"No nos van a callar"
"La detención del barco es un atropello al derecho a defender el medio ambiente como lo ha sido el abordaje a nuestras lanchas por la Armada", ha declarado Mario Rodríguez, director de Greenpeace en España. "No vamos a aceptarlo y repetimos que no nos van a callar, ni con multas millonarias, ni con embestidas violentas, ni con amenazas. Y nos preguntamos qué intereses tiene el Gobierno para desplegar toda su fuerza en defensa de los intereses de Repsol y en contra de una organización ecologista que está trasladando la voz de millones de personas que se oponen a las prospecciones de petróleo en Canarias".
El expediente sancionador ha llegado tras la polémica ocasionada por las embestidas de las lanchas de la Armada Española el pasado sábado 15 de noviembre, que causaron heridas a dos activistas de Greenpeace, una de los cuales sigue hospitalizada. Desde la asociación recuerdan que "esta acción desproporcionada de la Armada Española se produjo cuando lanchas neumáticas de Greenpeace procedentes del barco Arctic Sunrise se habían aproximado al buque de perforación Rowan Renaissance para protestar de forma pacífica contra el peligroso proyecto de perforación de la multinacional Repsol frente a las aguas de Fuerteventura y Lanzarote".