Se acabaron los apuntes. Las quejas de "profe más despacio". Las pesadas mochilas atestadas de libros y cuadernos. Los estuches saturados de bolígrafos. Los alumnos del instituto de Haría sólo necesitan una cosa para ir a clase: un pen-drive, o lo que es lo mismo, un soporte para guardar la información que teclean o rastrean en clase. Y es que, el centro al que acuden es el único público de la isla que cuenta con Internet en todas las aulas, a través de una red Wi-Fi. En todo el país sólo existen 52 centros educativos de este tipo. La idea se gestaba hace cuatro años, cuando el Ministerio de Industria y el de Educación creaban la empresa pública Red.es. Ambos organismos se unían con el objetivo de extender el uso de las nuevas tecnologías a todas las esferas de la sociedad. Aplicada a la educación, Red.es diseñó la iniciativa "Internet en el aula". El lema: pasar de aulas de informática en los colegios a informática en las aulas, algo que se ha logrado en el instituto de Haría.
Los 340 alumnos matriculados, repartidos entre Educación Secundaria, Bachillerato y un Ciclo Formativo de grado medio de Informática, utilizan los ordenadores prácticamente a diario "en función de lo que decidan los profesores", explica Francisco Pérez Marrero, coordinador del proyecto Red.es en el centro y profesor de francés. Así, las clases se pueden impartir en la Sala Medusa (aula dotada con pc's) o en la propia clase del grupo, con ordenadores portátiles que el profesor, con la ayuda de los chavales, se encargan de trasladar. "Todas las aulas cuentan con un proyector al que el profesor puede conectar su equipo", explica Pérez Marrero. En su clase, por ejemplo, los alumnos y él entran en la página web de TV5 Monde (un canal de televisión francés) para leer noticias y ver "vídeos reales, con diálogos en francés". "También les mando trabajos de investigación para que busquen información en Internet, la traduzcan al francés y hagan presentaciones en Power Point" explica el profesor. Y algo que les encanta es "acceder a una especie de chat en francés, para hablar con chavales de su edad", añade.
Para controlar el acceso a determinadas páginas prohibidas para menores o a la descarga de programas que podrían distraer su atención, el centro cuenta con un sistema de filtros y de páginas restringidas. Sin embargo, los alumnos encuentran la forma de evadir estos controles. "¿Cómo puedo usar el Messenger (una especie de chat) si el ordenador no me deja instalarlo?", pregunta una chica de 1º de ESO a su compañera. "Métete por el webmessenger, a través de Internet", le responde de inmediato esta última.
Mucho más cómodo
El coordinador reconoce que durante el primer año en el que se implantaron estas tecnologías (en el curso 2006-2007) había profesores reacios a impartir clase con las nuevas herramientas. "Llama la atención que profesores que nunca se habían sentado delante de un ordenador ahora poco a poco se van a adaptando", explica Pérez Marrero. Reticencias que no existen en los alumnos. Ellos lo tienen claro: prefieren dar clase con ordenadores. "Es mucho más cómodo tomar apuntes", declara Imar, estudiante de 1º de ESO. "Luego lo imprimes o te llevas el Power Point a casa", añade.
La inmensa mayoría de los alumnos tiene pc's en sus domicilios pero para los que no, varios profesores abren el aula de ordenadores en el recreo. "Lo que no nos dejan usar son las pizarras digitales", se quejan Cynthia y Sabina, también de 1º de ESO. En el centro hay dos y las suelen utilizar normalmente los profesores. Salvo estas quejas puntuales, tras dos cursos utilizando los equipos informáticos, el balance es muy positivo. "Yo he impartido clase en otros centros sin estos avances y he notado el cambio, a mejor, por supuesto", explica Pérez Marrero, al tiempo que añade que "a los chavales les motiva mucho trabajar con ordenadores. Les encanta". Eso sí, los profesores siguen haciendo los exámenes con papel. Esa gran ventana de información llamada Internet también se convierte en una tentadora fuente con la que copiar.
El objetivo es extender la iniciativa a todos los centros
Todo empezó hace tres años. Un representante del proyecto Red.es llamó a la puerta del Instituto Haría con un ambicioso proyecto bajo el brazo: que el centro se convirtiera en el primer (y único hasta el momento) centro de enseñanza público de la isla equipado con las últimas tecnologías. Para ello sólo necesitaba un proyecto y un docente que, de forma voluntaria, se prestara como coordinador. Francisco se ofreció y finalmente el centro fue elegido, entre otras propuestas presentadas. "Yo estoy muy contento como coordinador pero al principio no daba abasto. La coordinación no te quita horas lectivas", se queja, aunque admite que este curso la dirección le ha cedido algunas horas de descuento.
En el archipiélago existen dos institutos más de este tipo, en Gran Canaria (el I.E.S. Agaete) y en Tenerife (el I.E.S. Rafael Arozarena). "El objetivo es extender el proyecto a todos los centros públicos del país", explican desde Red.es. En total, el centro de Haría cuenta con 27 pc, 8 proyectores, 30 ordenadores portátiles, 2 pizarras digitales interactivas y una red Wi-Fi instalada por todo el edificio. Modernos equipos que ahora mismo, ante las enormes grietas que existen en algunas zonas del instituto, se encuentran almacenados en el salón de actos, a la espera de que comiencen las obras de remodelación.