¿Qué ha sido determinante en su decisión de optar como segundo de lista al Parlamento de Canarias?
Como en todas las decisiones colectivas, la opinión de mucha gente pero, sobre todo, la de mi secretario general, José Miguel Pérez, que en un momento determinado planteó que la lista al Parlamento tenía que contar conmigo. A partir de ahí, hubo un proceso de consulta con la dirección del partido, con algunos compañeros, con agrupaciones locales. Algunos lo venían más conveniente y otros menos, pero finalmente se ha forjado un convencimiento colectivo que es, en realidad, lo que importa.
En el convencimiento colectivo, ¿se incluye usted también?
Sí, evidentemente. Estaba seguro, pero no sólo en este momento. Cuando fui por primera vez en una lista, porque Manolo Fajardo consideró conveniente que le acompañara al Cabildo. Fue una decisión de Fajardo y, por mi parte, no hubo ningún condicionante previo ni posterior. Cuando entramos en una organización como el PSOE, entramos para ponernos al servicio de los compañeros y cuanta más responsabilidad tenemos más claro tiene que ser ese servicio. Mis palabras cuando fui nombrado secretario general fueron precisamente que sería un servidor de mi partido. Y, ahora, se trata de actuar en consecuencia.
La decisión del PSOE ha dado lugar a todo tipo de apreciaciones pronunciadas por líderes de otras fuerzas políticas. El presidente del PIL, Fabián Martín, entiende que el paso dado por usted obedece a la intención de lograr la condición de aforado por su imputación relacionada con su gestión al frente de los Centros Turísticos. ¿Qué le contestaría?
Entiendo que venga de quien la formula, puesto que ha podido ser en algún momento una práctica frecuente de algunas formaciones políticas. En mi caso, la discusión que sosteníamos varios compañeros era incluso si era conveniente que fuera de segundo en la lista del Parlamento, pero precisamente, bajo un punto de vista muy diferente. Y es que en caso de que pasara la causa al Tribunal Superior de Justicia de Canarias nos encontraríamos con una instrucción muchísimo más lenta. Si hay algo que creemos que debe acabar cuanto antes es la instrucción de este tema, porque cuando terminen de hacerse las diligencias más inmediatas veremos que esto se desinfla. Quedará claro que se trata de una acción jurídica de carácter político, que pretende sólo desgastar.
Esta decisión estaba tomada incluso antes de que el PP entrara a los Centros. Tenemos que recordar que lo venían avisando desde meses antes y sólo tras darle muchas vueltas lograron encontrar algo que pudiera justificar la presentación de la demanda, por lo menos por apariencia. Nuestro deseo de acabar con todo esto cuanto antes choca con la obligación que toca en estos momentos de un cambio de destino político.
La presidenta insular del PP, Ástrid Pérez, ya ha aireado que el PSOE está incumpliendo uno de los acuerdos adoptados en una de sus últimas reuniones, en las que se decidió que un candidato que esté imputado o condenado no debe ir en una lista electoral?
Ella sabe perfectamente que lo que está diciendo, como en tantas ocasiones que ha hablado, es mentira. El PSOE lo que ha dicho es que quienes estén imputados por casos de corrupción o de enriquecimiento ilícito no irán en las listas. Pero aquí hay una salvedad que a Ástrid Pérez no le conviene entender. El tema de la imputación no se refiere al grado previo donde se están haciendo las derivaciones, sino a aquél que tiene ya ordenada la apertura de juicio. En ese caso, habría indicios serios y razonables. Ástrid Pérez, como es habitual en ella, miente y oculta la verdad.
Para darnos cuenta del personaje y la catadura moral de Ástrid Pérez, hay que recordar que dio una rueda de prensa escandalosa con el grado de endeudamiento de los Centros Turísticos. Desde esa fecha le estamos preguntando cuánto de esa deuda pertenece al periodo anterior al suyo y desde hace un mes le preguntamos a cuánto asciende actualmente esta deuda. Ya que salió a decir la que había cuando llegó que diga la que hay ahora cuando lleva un año de gestión. Las innumerables fotos que se hizo emulando a Cándido Reguera en el Monumento al Campesino, con las jornadas del Cine Europeo? a ver cuándo nos dice si sacó rentabilidad o no a estos eventos. Como es costumbre, en este tipo de cosas Ástrid Pérez calla, porque tienevocación por la mentira. Cuando se le piden explicaciones parece que se esconde.
Confiamos en que se practique por parte del Juzgado Número 1 de Arrecife las diligencias necesarias para que cuanto antes se pueda proceder al archivo de esta querella de carácter torticero aprovechando la Justicia.
Se está hablando que con su candidatura al Parlamento lo que se está pretendiendo es allanar un posible pacto tras las elecciones. ¿Cree que sería más fácil, si no está Carlos Espino en la lista al Cabildo, cerrar un acuerdo preelectoral del PSOE con otra fuerza?
Los acuerdos con el PSOE no van a depender de que esté o no esté Carlos Espino en la lista del Cabildo, de entrada, porque sigo siendo el secretario general de la formación. Lo que hay que dejar claro es que las políticas que sigue el PSOE no son fruto de lo que un día por la mañana puede ocurrírsele a Carlos Espino, sino de un montón de hombres y mujeres que aunque no tengan la relevancia pública de Carlos Espino son los que toman, junto conmigo, las decisiones del partido.
El problema no ha sido Carlos Espino. El problema ha sido la postura que ha mantenido el PSOE con respecto a la legalidad o la ausencia de ella de una planta hotelera que tiene nombres y apellidos y que ha sido declarada ilegal. El problema ha sido el de una denuncia que se presenta cuando ha habido un intento de soborno. El problema no ha sido Carlos Espino, sino que pusiéramos al PIL fuera de las instituciones y otros, en ese momento, en lugar de sumarse a una respuesta de carácter ético, lo que hicieron rápidamente es meter a los que estaban golpeados por una trama corrupta en las instituciones. Si a eso se le quiere decir que el problema es Carlos Espino, a lo mejor hasta me siento satisfecho. Pero el diagnóstico de lo que sucede en Lanzarote es mucho más complejo que los problemas que en algún momento determinado pueda tener una fuerza política con Carlos Espino.
No obstante, usted se ha enemistado con presidentes de otros partidos como Ástrid Pérez o, incluso, con el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés. ¿No cree que el hecho de que no vaya a ocupar un cargo en el Cabildo facilitará los posibles pactos que pueda alcanzar el PSOE con otras fuerzas?
Entiendo que para los ciudadanos es mejor que el PSOE forme parte del gobierno de las instituciones que estar fuera. Yo estaría de acuerdo en que se pudiera facilitar cualquier pacto, pero no ahora, sino que es lo que he hecho durante el tiempo que he tenido la responsabilidad de ser secretario general y de estar en el Cabildo. No dejaré de pronunciarme sobre los temas de Lanzarote. Y el PSOE hace sus listas pensando en las necesidades del partido y de los ciudadanos. Lo último que valoraríamos es si estas listas les satisfacen o no a otras formaciones políticas.
Quizá suena raro, porque estamos acostumbrados a ver en Lanzarote cómo los nombramientos en el PP deben esperar a que llegue el dedo mágico de José Manuel Soria, cómo los nombramientos en CC se supeditan a las encuestas y a quien lleva la navaja más gorda para saber quién se coloca por delante o cómo los nombramientos del PIL se deciden después de un viaje a Tenerife II. Nosotros estas decisiones las tomamos en libertad, entre todos los militantes. Por eso, tal vez, me cuesta entender que pretendamos simplificar la decisión a si le conviene o no a las fuerzas políticas que tenemos en frente que me presente o no al Cabildo.
¿El hecho de que usted no vaya al Cabildo significa un cambio en la línea que ha seguido el PSOE en Lanzarote?
A mí me ha tocado poner la cara, me ha tocado ser el destinatario de un intento de soborno y me ha tocado firmar la denuncia. Pero aunque haya habido algún capítulo personal mío ha tenido todo el respaldo, todo el apoyo y el encaje dentro del PSOE. La defensa de la legalidad no va a cambiar porque yo no esté en el Cabildo, porque esto no es mi patrimonio y ni siquiera lo es de mi partido. Compartimos la manera de dar respuesta a lo que está sucediendo en Lanzarote con muchísimos ciudadanos, que asisten atónitos y hartos a los episodios de corrupción o cómo algunos con la ilegalidad consideran que pueden hacer lo que quieren y, además, con la complicidad de administraciones. Eso, con independencia de la posición que yo ocupe, seguirá funcionando.
Sé que alguno le ha sentado tan bien que no vaya en la lista del Cabildo que se cree que voy a la ONU. Pero no hombre, voy a estar en el Parlamento de Canarias, voy a seguir siendo secretario general del partido y si alguno piensa que el hecho de asistir unos días por semana a Tenerife me va a hacer estar ausente de la política insular, colaborar en la toma de decisiones que le corresponden al partido o bajar mi actividad con respecto a la denuncia pública sobre la corrupción, siento decirles que no va a ser así.
Hace una semana se ha presentado en Lanzarote una curiosa alianza entre Nueva Canarias-PNL y PIL, en la que también están incluidos antiguos socialistas como Damián Peña. ¿Qué opina al respecto?
Hay tres socialistas, sí, un miembro de la agrupación de Tías otro de Teguise y otro de Arrecife. Me produce una tristeza enorme escuchar a Román Rodríguez o a Fabián Martín hablando de la falta de democracia que supone la Ley Electoral Canaria que les condena a estar fuera. Me produce tristeza porque si alguien ha apoyado a los partidos que tomaron la decisión de dejarlos fuera han sido, en principio, el PIL, que sabemos de sus querencias en esa época con CC y, por otra parte, el propio Román Rodríguez, que fue presidente del Gobierno de Canarias gracias a esa ley injusta de la que ahora se queja.
Las normas que hay en Canarias no nos han llegado por correo desde Madrid. Son fruto de las decisiones que hemos adoptado en el Parlamento. Y Román Rodríguez es como mínimo cómplice de que el voto de más de 100.000 canarios no cuente para nada. Tiene poquísima credibilidad con respecto a este tema y, además, se alía con quien se alía y la credibilidad de Román Rodríguez cae a unos límites en los que es difícil encontrar un atisbo de credibilidad.
El PSOE siempre, con independencia de su posición, ha defendido una reforma del sistema electoral para hacer un parlamento más plural.