Recientemente, han concluido los trabajos terrestres en los municipios de Teguise y Haría para retirar las últimas pateras abandonadas durante los últimos años en las costas de Lanzarote, y también de La Graciosa. Esta intervención medioambiental ha sido protagonizada por el Cabildo insular durante estas semanas a través de una planificación coordinada por el Consorcio de Seguridad y Emergencias, con el único objetivo de quitar las pateras y restos de las embarcaciones no retiradas por los ayuntamientos.
La presidenta de la Institución, María Dolores Corujo, se ha referido a "la necesidad de ejecutar este plan, que exigió primero geolocalizar las barquillas y luego obtener los permisos y habilitar los medios precisos". “Era una intervención que teníamos que acometer porque los ayuntamientos no podían, y sólo la mediación del Consorcio de Seguridad logró solucionar este problema de impacto visual y ambiental”, ha explicado Corujo, antes de recordar que "también se han retirado estos últimos meses los restos de vehículos acumulados durante décadas en los lechos de algunos barrancos de Lanzarote", “otra tarea pendiente en materia medioambiental", aclara.
Por su parte, el vicepresidente del Cabildo y presidente del Consorcio de Seguridad y Emergencias, Marcos Bergaz, ha especificado que "eran un total de ocho embarcaciones las que se encontraban varadas en diferentes puntos del litoral lanzaroteño y graciosero"; y "todas han sido transportadas al Complejo Ambiental de Zonzamas para su tratamiento".
Además, recalcan que "en la actualidad sólo falta por apartar una barquilla que está en un lugar complicado, con lo que tendrá que ser el helicóptero especializado el que realice el trabajo". Igualmente, "es probable que también se retire de la zona del Risco un vehículo, lamentablemente, precipitado hace unos días”, detallaba hoy el consejero.
Por último, tanto Marcos Bergaz como María Dolores Corujo se han querido referir también a "la tragedia que para muchas personas supone un viaje en patera en la ruta canaria, un periplo donde se juegan la vida y que obliga a los gobiernos a asegurarles una digna asistencia humanitaria cuando son rescatados".