Unidos por Teguise y La Graciosa (UPLG) considera que Oswaldo Betancort "se ríe de la Justicia y de sus vecinos cuando asegura que no ha tirado un mamotreto con orden judicial de derribo desde hace más de siete años porque, literalmente, su Ayuntamiento no tiene personal".
"Tenemos que recordar que Oswaldo Betancort lleva gobernando el municipio de Teguise desde hace más de once años, tiempo de sobra para hacerse con el personal necesario para que el Ayuntamiento funcione", señala el partido, que recuerda que la sentencia que declaró ilegal esa construcción data de 2007, pero el Ayuntamiento incumplió la ejecución del fallo, y en 2015 el Tribunal Superior de Justicia de Canarias le tuvo que ordenar que cumpliera la sentencia.
"La carrera de mentiras políticas que Betancort ha emprendido desde que llegó a la Alcaldía tuvo, entre otras muchas, la promesa de derribar los esqueletos de Costa Teguise. Lo prometió en 2011, en 2015 y en 2019. Siempre decía que no podía porque eran muy difíciles de derribar y ahora nos enteramos que quien lo impedía era él mismo. Unas estructuras en ruinas que afean a nuestro municipio y que son un problema para Lanzarote como destino", denunciael partido.
"Otra de las barbaridades que hemos escuchado de este alcalde ausente es que no tiene personal suficiente en el Ayuntamiento. Si el Alcalde de Teguise dice que le falta personal para ejecutar las sentencias de derribo de esas ruinas, lo que sucede realmente es que quien sobra es Oswaldo y su grupo de gobierno, porque han tenido más de once años para nombrar a quien quiera”, advierte Laureano Álvarez, que recuerda que Oswaldo Betancort "sí que tuvo ocasión para contratar a Gladys Acuña" en el Ayuntamiento de Teguise. "En vez de hacer favores políticos a sus amistades, a lo mejor debería de contratar a personal cualificado para ayudar al consistorio en sus tareas”, advierte.
Finalmente, UPLG en Teguise denuncia que el alcalde "ni está ni se le espera desde hace años", pero cree que su nombramiento como parlamentario "ha sido el remate": “Oswaldo está disfrutando de sus viajes por Canarias como si de un viaje de novios sempiterno se tratase, sin preocuparse por los vecinos ni por el prestigio e imagen de los pagos de Teguise”, sentencia Álvarez.