La decisión ha sido "muy meditada y muy dolorosa", expresaba este viernes el hasta ahora presidente de Cruz Roja en la isla, Arturo Ramírez. Según afirma, el negocio que regenta en el extrajero le hace imposible hacer frente a las dificultades económicas que atraviesa la entidad, que en los últimos meses está teniendo problemas para afrontar el pago del salario a los trabajadores.
Las deudas que matienen con Cruz Roja algunos ayuntamientos, especialmente los de Tías y Yaiza, ha llevado a la organización a un momento delicado y, según Ramírez, puede que sea necesario tomar decisiones "que yo no he querido tomar y he luchado para no hacerlo, porque entiendo que van en detrimento del bienestar de mi isla".
Entre estas resoluciones para mitigar los problemas económicos, Ramírez apuntaba la posibilidad de que se produzcan regulaciones de empleo y de que cierre el centro de coordinación de emergencias que presta servicio de ambulancias y rescate en Lanzarote. Sin embargo, Arturo Ramírez aún alberga esperanzas de que el presidente provincial, Juan Campos, que en la actualidad ha asumido las riendas de la ONG en Lanzarote, "sea capaz de comunicar la gravedad de la situación a la presidenta del Cabildo, Manuela Armas", para que se consigan mantener los servicios prestados hasta la fecha.
Además, para explicar los motivos de su retirada, Arturo Ramírez también alega que su figura "ya estaba quemada a nivel instituciones", porque ha tenido que lidiar en numerosas ocasiones con determinados alcaldes para reclamar el pago de los servicios en tiempo y forma. Y es que según ha explicado, la difícil situación de Cruz Roja en Lanzarote ha sido salvada en los últimos tiempos gracias al apoyo económico de la oficina provincial en Las Palmas y el de la central en Madrid, "pero llega un momento en que nos dicen que no hay dinero y hay que tomar resoluciones".
Tras su dimisión, las riendas de Cruz Roja en la isla las toma la delegación provincial de Las Palmas y será su presidente, Juan Campos, quien se encargue de la gestión de forma provisional. Según Arturo Ramírez, "era el oficial jefe de la Policía Local de San Bartolomé de Tirajana y ahora está jubilado, y se ve con capacidad suficiente para venir un par de veces por semana y llevar los asuntos en Lanzarote".