"No es una noche ni dos, no es una leve brisa o un aire evocador. Es nauseabundo, constante, puro hedor a vertedero. Me cuesta leer continuamente sobre la necesidad de fomentar el turismo de cruceros, sobre la necesidad de una mejora del destino y hacer de Lanzarote un lugar de vacaciones en familia, de salud, gastronómico y de calidad.
Me cuesta porque me parece impresionante el querer crear y fidelizar a nuevos turistas, cuando los ciudadanos que aquí residimos, aquí trabajamos y aquí generamos riqueza con nuestro consumo tenemos la sensación de estar inmersos en el mismo centro de una gran manzana podrida.
Lanzarote es una bonita manzana, sin duda, con atractivos únicos en el mundo que ya todos conocemos, pero cuando esa imagen exterior, esa preciosa, o no tan preciosa manzana tiene ese lamentable estado interior, de poco nos vale.
El porqué de esta reflexión se debe a que, como cada día, esta mañana me he levantado a trabajar; mientras desayunaba, leía mi preferido periódico digital www.lavozdelanzarote.com y leyendo sobre las conocidas noticias de corrupción de maleducados, inmorales y presuntos delincuentes (además de torpes políticos y torpes gestores de lo público), empezaron a darme arcadas del pestilente y nauseabundo olor a vertedero que llegaba a mi nariz, y que empezaba a recorrer mi salón tras abrir la ventana.
Esto es intolerable, llega a límites intolerables. Un vecino se puede quejar de una acera rota, o de un bache en la carretera, un parque mal atendido o un mobiliario público deficiente o en mal estado. Es tolerable, aunque no justificable y no decente, pero lo que no se puede admitir y no se puede tolerar es tener a una ciudad con decenas de miles de habitantes viviendo rodeados del hedor a un vertedero.
Con todo ello me gustaría trasladar dos mensajes, una a nuestros más que queridos políticos, ya sean presuntos corruptos o no, que no se si queda alguno de los segundos, y a nuestros políticos, presuntos buenos gestores o no, que no se si los habrá. Por favor, visiten una madrugada, o un amanecer la zona de Argana o barrios cercanos y entenderán mejor. Vívanlo de primera mano, entiendan el porqué que no creo que lo tengan bien claro.
Por otro lado, el segundo mensaje es a los distintos colectivos vecinales y sociales del barrio de Argana y colindantes y de Arrecife. Organícense, levántense, manifiesten su malestar. Ya no se puede más con este hedor a vertedero y a político ineficiente".