El Ayuntamiento de Arrecife ha concluido los trabajos de limpieza y restauración de los muros de piedra del Puente de las Bolas y la pasarela de acceso al Castillo de San Gabriel, tras los actos de vandalismo que sufrió con pintadas y grafitis en varias zonas del conjunto monumental.
La alcaldesa, Astrid Pérez, ha querido manifestar públicamente su condena "más enérgica a la falta de civismo de unos pocos ciudadanos que no respetan ni el mobiliario urbano, con la quema de contenedores, ni tampoco el patrimonio histórico de Arrecife". "Y esto, además de una falta de aprecio por la ciudad en la que convivimos y un acto de vandalismo, es un gasto para las arcas municipales que se nutren con los impuestos de todos los ciudadanos”, ha añadido Pérez.
Según explican desde el Ayuntamiento de Arrecife, al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), reconocido como tal en 1979, la actuación sobre el conjunto arquitectónico y la limpieza de los muros deteriorados por la acción de la pintura “los tiene que realizar una empresa especializada y homologada, con autorización del Departamento de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote”.
“Tramitar todo el expediente y conseguir la autorización del Servicio de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote ha retrasado el inicio de los trabajos, para los que además es necesaria la contratación de una empresa experta en restauración que tuviese los técnicos y materiales necesarios para afrontar este tipo de obras”, ha manifestado el concejal de Limpieza, Roberto Herbón.
Tibicena Arqueología y Patrimonio S.L., bajo la dirección de la técnico restauradora, licenciada en Bellas Artes y especialista en rehabilitación, Sara Bosh Mauricio, ha realizado las tareas de limpieza y restauración con un presupuesto de 3.054 euros, financiados por el área de Limpieza de Arrecife.
El Ayuntamiento hace un llamamiento para proteger el Patrimonio
El Ayuntamiento de Arrecife recuerda que el Castillo de San Gabriel fue construido en 1574 bajo el reinado de Felipe II para defender la ciudad de corsarios y piratas. Sus cañones mantuvieron a salvo la costa hasta la llegada del pirata Morato Arráez en 1586, cuyos reiterados ataques redujeron la edificación a cenizas. Ya en 1596 el arquitecto italiano Leonardo Torriani lo reconstruyó con el puente levadizo actual para unir la ciudad con el islote en el que está ubicado.
El Puente de las Bolas, denominado así por las grandes esferas de granito instaladas sobre los pilares que lo flanquean, es además “la única construcción de estas características que se conserva en Canarias y uno de los monumentos histórico-artísticos más emblemáticos e importante de Arrecife”.
El concejal de Limpieza, Roberto Herbón, ha querido lanzar un mensaje a la población sobre “la importancia de proteger nuestro patrimonio arquitectónico y condenar públicamente este tipo de atentados contra edificaciones que forman parte de la riqueza histórica y monumental de una ciudad que quiere y defiende su historia y su pasado”.