La Fundación Franz Weber ha trasladado el caso del vídeo en el que un camellero trató de forma "completamente inadecuada" a una cría de camello en el entorno del Parque Nacional de Timanfaya al Diputado del Común. La entidad ha tomado esta decisión tras cinco meses desde la viralización del vídeo y después que el Ayuntamiento de Yaiza no "haya incoado aún expediente sancionador".
A la falta de reacciones institucionales se suma la carencia de un marco normativo básico que proteja a estos animales frente al maltrato activo o a carencias básicas en su integridad y bienestar, denuncian los naturalistas.
Asimismo, desde la Fundación destacan que las imágenes grabadas por una turista el pasado mes de junio generaron una importante respuesta social y una pésima estampa de Lanzarote a causa de un sector minoritario empeñado en seguir explotando a mamíferos como propuesta para el turismo nacional e internacional.
Precisamente FFW señaló en 2021 las "importantes carencias en el bienestar de los camellos, con un contundente informe veterinario que alertaba sobre sus condiciones de vida, las largas jornadas de transporte a las que son sometidos y las incidencias que se producían".
Además este documento detallaba cargas excesivas de personas, peligrosa presión sobre las articulaciones de los dromedarios durante el tránsito, así como el uso nocivo de bozales de alambre o la ausencia de agua. La conclusión era clara: “Importantes problemas físicos y comportamentales en los dromedarios de Lanzarote, por lo que el bienestar de estos animales debe considerarse como deficiente.”
Así, los naturalistas trasladan a la Defensoría ciudadana canaria su protesta "por el incumplimiento de la normativa estatal sobre transparencia por parte del Ayuntamiento de Yaiza, que además de ignorar una solicitud de información desde hace meses, se dedicó a hacer campaña a favor de los paseos sobre camellos en lugar de adoptar medidas adicionales para proteger a estos animales".
El coordinador de campañas de FFW, Rubén Pérez, explica que "una administración pública debe responder a las peticiones formales sobre su actividad, y Yaiza no solo incumple esta premisa, también parece ejercer una defensa acérrima de un sector minoritario que genera mala prensa de Lanzarote por su única y exclusiva forma de tratar a los animales".
Para concluir, apunta que “el Gobierno local parece beneficiarse de la continuidad de esta actividad y por ello entendemos que existe un evidente conflicto de intereses entre aplicar normas de bienestar o mantener los paseos”.