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La dicotomía de Lanzarote: un lugar privilegiado para los cetáceos, donde crecen las colisiones con barcos

"Canarias, especialmente las aguas entre Lanzarote y Fuerteventura poseen unas de las mayores biodiversidades de todo el mundo", expone la bióloga Francesca Fusar Poli, secretaria de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en Canarias (SECAC)

Una orca avistada en el litoral de Lanzarote. Foto: SECAC.

Una mañana de febrero del año 2018, el cuerpo de un cachalote apareció flotando en la costa de Canarias. El animal tenía un corte profundo en la cabeza y otros en la cola, era un macho joven, que murió arrollado por una embarcación. Se trataba del cachalote 3418, identificado a las afueras de la isla Pico, en Azores, quince años antes y que acabó falleciendo en Canarias por el descontrol de los barcos de alta velocidad. 

Más allá de los límites terrestres, en Canarias se extiende un laboratorio natural al aire libre para estudiar algunos de los animales más fascinantes del planeta: los cetáceos. El nombre de esta clase de animales marinos viene del griego kētos y quiere decir ballena o monstruo marino y abarca a más de ochenta especies marinas con pulmones que están adaptadas a vivir por completo en el mar.

"Canarias, especialmente las aguas entre Lanzarote y Fuerteventura poseen unas de las mayores biodiversidades de todo el mundo", así el archipiélago es un espacio privilegiado y concentra hasta "31 especies, de los que la mayoría son especies raras o poco conocidas, como el zifio", expone bióloga Francesca Fusar Poli, secretaria de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), con base en Lanzarote.

Esta organización sin ánimo de lucro se fundó en 1993 en Arrecife con el objetivo de realizar y promover proyectos de investigación y conservación en el archipiélago. Su labor busca tanto analizar la situación de los ejemplares que varan y llegan a la costa, como los que son avistados con vida en el mar.

En Canarias, las embarcaciones son las principales causantes de las muertes de los cachalotes, pero también de otros cetáceos. Según la Red de Varamientos del Gobierno de Canarias, entre el año 2000 y el 2014, 83 cetáceos que llegaron muertos a la costa de las islas Canarias, murieron tras chocar con una embarcación. Sin embargo, la cifra sería mucho mayor, porque no todos los cuerpos alcanzan las orillas canarias. 

El paso constante de estas embarcaciones generan dos problemáticas: la muerte directa de los animales marinos o la indirecta. Desde ser arollado por un barco, morir y acabar varado en la costa, hasta el estrés por el ruido que generan las embarcaciones debajo el agua, donde el sonido se transmite "cinco veces más que en el aire" y afecta a sus funciones vitales. 

"Ahora hay cada vez más ferrys, más tráfico marítimo", y esto se traduce en una búsqueda de información constante "para estar al día con el estado de conservación" en el que se encuentran los animales.

En el caso de especies vulnerables, como el delfín mular, las crías deben protegerse aún más, pero el paso de motos de agua, lanchas o ferrys y el estrés al que se someten pueden provocar su muerte. "Las crías son mucho más vulnerables que los adultos y además la pérdida de una cría, sobre todo de cetáceo, donde los intervalos entre crías son muy alargados en el tiempo y donde dan muchas curas parentales, pues claro, las crías son súper vulnerables porque suelen estar más cerca de la superficie, más cerca de la tierra", indica la coordinadora del Proyecto Cachalote de Canarias. 

Una cría de delfín de dientes rugosos. Foto: SECAC.

 

La importancia del análisis en el mar

Para las campañas que la SECAC realiza en el mar, emplean técnicas científicas como la fotoidentificación y la bioacústica. El proyecto tiene su puerto base en Marina Rubicón, en Puerto Calero, desde donde parten habitualmente a hacer el trabajo de campo en la costa oriental de Lanzarote y Fuerteventura. Estos métodos permiten "recolectar datos para ampliar conocimiento sobre estas especies y promover su conservación". 

La SECAC desarrolla su labor a través de diferentes proyectos. Entre ellos, una iniciativa de ciencia ciudadana, basada en la divulgación, donde ofrecen a la población interesada tres días de formación a cambio de una donación para sufragar el alquiler de la lancha y la gasolina, mientras aprovechan para seguir investigando la situación de los cetáceos en las costas conejeras y majoreras.

De cara a la temporada otoño-invierno ya tienen cubiertas las plazas para las campañas de octubre, noviembre y diciembre. "Cualquiera se puede embarcar y estamos muy contentos porque gracias a esto podemos seguir realizando nuestra labor, puesto que en la investigación científica siempre hay falta de recursos", explica la experta. 

Entre los hitos conseguidos en sus 30 años de historia, la SECAC logró, a través de un proyecto europeo, declarar Lugar de Importancia Comunitaria a las aguas orientales de Lanzarote y Fuerteventura, por la presencia del delfín mular y la tortuga boba (caretta caretta), ambas clasificadas como especies vulnerables. "Este es uno de los logros más grandes que ha conseguido la SECAC", añade Fusar. 

A pesar de ello, la zona marina protegida y el Lugar de Importancia Comunitaria solo están protegidos "en los papeles". En la actualidad, "no se está haciendo nada", lamenta,  "es un tema más de papeleo que realmente de restricciones", incide esta bióloga. Es por ello, que su labor es crucial para "generar conocimiento y saber exactamente qué tipo de medida hay que realizar" para proteger a los cetáceos que nadan por los mares canarios. 

Entre sus propuestas está la opción de restringir la velocidad de las embarcaciones para evitar así la colisión con los cetáceos, pero defienden el trabajo de campo como vía para ofrecer también otras ideas. 

Un delfín de dientes rugosos en las costas de Lanzarote y Fuerteventura. FOTO: SECAC.

 

 

El papel de las ballenas en la lucha contra el cambio climático

"Los cetáceos son centinelas medioambientales, son fundamentales, hace poco se hizo público que se actúan como ingenieros medioambientales al secuestrar el carbono", expone Francesca Fusar, que es graduada en Biología Ambiental y con un máster en Biología Experimental y Aplicada por una universidad italiana, trabajó como bióloga en las Maldivas y ahora, desde 2018, lo hace en Lanzarote. 

El Fondo Monetario Internacional ya avanzó en 2019 que las ballenas pueden limitar los gases de efecto invernadero y el calentamiento global, siendo "una solución de la naturaleza al cambio climático". A grandes rasgos, estos mamíferos marinos sueltan enormes penachos ricos en nutrientes al defecar. El fitoplacton, esencial para la creación de oxígeno, necesita las heces de estas ballenas para crecer.

A ello se suma que, al morir, sus cuerpos se hunden en el fondo marino, donde el carbono contenido en su cadáver "puede mantener los ecosistemas de aguas profundas". Sumada a la labor medioambiental de las ballenas, Fusar expone que "donde hay más biodiversidad, hay más riqueza y esto determina que las aguas sean mucho más sanas". 

 

 

El Proyecto Cachalote de Canarias

Entre las iniciativas actuales, la entidad trabaja en el Proyecto Cachalote de Canarias, coordinado por Francesca Fusar y que arrancó en 2019. El cachalote (physeter macrocephalus) está recogido como especie vulnerable en el Catálogo Regional de Canarias, en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y en el de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Según un análisis genético con muestras de Azores, Madeira y Canarias, existen dos posibles poblaciones: una formada por los animales de Azores y otras por los de Madeira y Canarias. Durante estos cinco años de trabajo, la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario ha podido conocer que los cachalotes utilizan toda la Macaronesia en sus desplazamientos. "Por hacer una hipótesis, no se hablaría solo de Canarias, sino de que el cachalote habita en toda la Macaronesia y por eso la necesidad de conservar toda la región", expone. 

Francesca Fusar añade que los cachalotes son "una especie que no es fácil de encontrar, aunque la podemos avistar perfectamente en las islas". No es sencillo porque se desplazan "en grupos en los que muchas veces los individuos se distancian kilómetros los unos de los otros". A lo que se suma que, a diferencia de los delfines, estos animales son más difíciles de observar en la superficie, porque no es una especie "tan acrobática" y rehuye de las embarcaciones al acercarse.

En los diferentes avistamientos que hace la SECAC entre Lanzarote y Fuerteventura, han logrado fotoidentificar a 200 ejemplares de cachalote. Estos ejemplares los han logrado identificar y hacer una fotografía de su aleta caudal, "como si fuera una huella dactilar". 

Animales tan conocidos como las ballenas, las orcas o los delfines forman parte de este este que fascina a los biólogos y que crean en las islas una oda a la biodiversidad. 

Un cachalote en el litoral de Lanzarote. Foto: SECAC.

 

La biodiversidad marina de la Lanzarote oriental

Durante sus expediciones científicas en la parte oriental de Lanzarote y Fuerteventura, la organización no gubernamental avista manadas de delfines moteados del Atlántico, de delfín listado, mular, común y de dientes rugosos. Además de los zifios de cuvier o de blainville, y los rocuales tropicales, entre otros. 

Durante sus expediciones señala que "no sé si es por el cambio climático u otros factores", pero cada año perciben más avistamientos de ballena jorobada o yubarta y también de orcas. "Estaría muy interesante poder profundizar esto esta información, o sea, que los últimos años se han encontrado más orcas en Canarias no sabemos si somos factor excepcional, o sea, lo mejor es debido a algún factor climático".

Tras años saliendo al mar y conociendo la realidad de Lanzarote, la bióloga defiende que "la gente le tiene mucho miedo a los tiburones, cuando realmente son los mismos tiburones los que nos tienen miedo a nosotros". Por ejemplo, en los encuentros de alguna expedición de la SECAC con los tiburones martillo, los animales se alejan de la embarcación.   

Para concluir expone que "los animales nunca se acercan para realmente intentar hacer daño. Hay que recordar que está prohibido bañarse con ellos, son animales salvajes, y hay que tener una cierta distancia pero no veo su agresividad".