Cuando llega el 5 de agosto son muchos los devotos que suben hasta lo más alto de la montaña de Teguise, unos caminando y otros en coche, para visitar a Nuestra Señora de Las Nieves y así cumplir con la promesa prometida, una tradición heredada de madres a hijos.
A las 10 de la mañana, los primeros feligreses pudieron participar de la "Misa del Peregrino", presidida por el párroco de Haría, Norberto Medin.
Según iba avanzando la mañana, entrar a la Ermita se hacía casi imposible, porque todos querían llegar y situarse junto a la Virgen: unos para darles las gracias y otros a pedirle ayuda.
A las 13 horas daba comienzo la Solemne Función Religiosa en honor a Las Nieves, presidida por el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Canarias, Cristóbal Déniz Hernández, asistido por varios sacerdotes de la isla. El acto estuvo amenizado por los cantos de Josefina de León, Fefo Pérez y Diego Fajardo. La pequeña ermita no pudo albergar en su interior a la gran cantidad de devotos que subieron hasta la montaña, y gran parte de ellos tuvieron que seguir la celebración de la Eucaristía, fuera en los aledaños de la misma, mientras otros se protegían del sol buscando la sombra de las palmeras.
Finalizada la Solemne Eucaristía se procedió a la procesión con la imagen de Nuestra Señora de Las Nieves, encabezando la misma la Banda de Música de Teguise, que fue la encargada de amenizar todo el recorrido. La imagen de la Virgen paseó arropada por el Obispo Auxiliar Cristóbal Déniz, sacerdotes, autoridades civiles, militares y los de devotos a un lado y otro durante todo el recorrido procesional.
En el momento que la imagen de Nuestra Señora de Las Nieves traspasaba el pórtico de la Ermita, sonaron uynos aplausos muy prolongados, entremezclado con los "vivas", como muestra de cariño y admiración.