El Teatro Insular podría parecer un lugar frío para los conciertos de atmósfera íntima y sentimiento marcado que suele ofrecer Anni B Sweet. Este sábado, sin embargo, la malagueña fue poco a poco quebrando con su calidez esa cuarta pared que la separaba del patio de butacas. Ana López presentaba en el teatro arrecifeño su tercer álbum, ‘Chasing Illusions’. Era su primera visita a Lanzarote; y con un derroche de talento logró que todos los asistentes se marcharan deseando que sea sólo la primera de muchas.
El tercer álbum de Anni B Sweet es en muchos aspectos una ruptura con sus trabajos anteriores. Desde que fichara por Subterfuge Records en 2009, Ana López se ha ido labrando un nombre en el panorama indie español con un sonido cándido impregnado de influencias folk, pop y soul, con la timidez que la caracteriza trasluciendo en su voz y en sus melodías. Esos rasgos definieron ‘Start, Restart, Undo’ y también el posterior ‘Oh, Monsters!’. Con ‘Chasing Illusions’, ritmos rápidos, sintetizadores y psicodelia irrumpen en su música. Pero lo hacen sin chirriar; sin acaparar. Con pausa, se funden con su voz melosa y su estilo dulce en una mezcla que atrapa a quien la escucha.
El concierto de Anni B Sweet y su banda en Arrecife resultó ser un periplo entre esas dos caras de una misma moneda. Un viaje de ida y vuelta entre la candidez y el desenfreno. El repertorio, aunque centrado sobre todo en su último álbum, fue un reflejo de su evolución como artista: de la dulzura naíf de sus primeros temas, a una madurez que no pierde esa esencia inocente en los más recientes. Con este nuevo trabajo, Anni B Sweet se ha sacudido la melancolía a golpe de sonidos eléctricos y bocanadas de optimismo.
Y el público de Lanzarote respondió al estímulo. Cohibido al inicio, fue poco a poco desinhibiéndose, quizá al mismo tiempo que Ana López iba mostrando su faceta más desenfrenada mientras agitaba su cabellera a ritmo de guitarra eléctrica. Así, fueron sonando temas de este nuevo álbum, como ‘Begginer’, ‘Chasing illusions’, ‘Knives’, o la fantástica ‘Onyx stars’, mezclados con algunos anteriores como ‘Motorway’.
Si hubo quizá un momento en que el público quedó definitivamente cautivado fue cuando, sin previo aviso, la banda al completo abandonó el escenario y ella se quedó sola sobre las tablas. Un solo foco cenital la iluminaba y ella cantaba con el único acompañamiento de su guitarra. Aquel acústico, suave y a la vez desgarrador, de ‘Locked in verses’ arrancó una de las ovaciones más intensas de la noche.
Tanto o más excepcional fue la canción que le siguió, ‘Doctor’. En un preámbulo lleno de la timidez que quedaba atrás cuando se dejaba invadir por la música, Ana López explicó que la compuso para "recordar" las pesadillas que sufrió durante un periodo de su vida, porque "todos tenemos algo de locura dentro". Cambió la guitarra acústica por la eléctrica y arrancó, todavía sola, el inicio sereno de este tema. La calma se rompió de pronto con la irrupción de la banda, plasmando en una genial puesta en escena esa demencia a la que hace referencia la canción. Poco después, el concierto llegaba a su fin con dos bises que el público no dudó en pedir entre fuertes aplausos, ni Anni y su banda en regalar, dando las gracias por pedirles que salieran de nuevo al escenario. Su ya característica versión de ‘Take on me’ fue uno de esos extra.
A Anni B Sweet no le gustan demasiado los aviones y pasó un mal rato con los vaivenes del vuelo en el que llegó desde Las Palmas. Aun así, explicó que lo que sí le gustan y mucho son los volcanes y esta isla. Admitió que es "muy difícil" venir a tocar a Lanzarote pero que, a pesar de ello, le encantará volver. Este sábado sin duda cosechó un buen puñado de admiradores a los que, seguro, les encantará también volver a verla.
*Bonus track: Maru Cabrera, o cantar con el corazón
La encargada de abrir paso a Ana López en el Teatro Insular fue la lanzaroteña Maru Cabrera, una de las ganadoras del concurso de maquetas Play & Rec que organizó el Cabildo de Lanzarote. Con una voz rasgada cargada de personalidad, Cabrera ya sorprendía con las versiones que suele interpretar con su toque único. Este sábado, sin embargo, la sorpresa se convertía en admiración al descubrir sus composiciones propias.
Sus letras están llenas de sentimiento, repletas de emoción, pero nunca cruzan la línea, a veces tentadora, del sentimentalismo. La belleza de 'Razón de ser' fue posiblemente lo que más destacó del repertorio que interpretó. Fue una lástima que la organización, el área de Cultura, decidiera adelantar su actuación 15 minutos antes de la hora prevista. Esto hizo que el público la encontrara ya sobre el escenario a medida que iban acomodándose, todavía con las luces encendidas. A pesar de ello, Maru Cabrera había prometido cantar con el corazón en la mano; y no solo cumplió su promesa, consiguió hacer vibrar al público en lo más hondo.