Desde hace bastantes años, cada 21 de septiembre celebramos el Día Mundial del Alzheimer, una efeméride instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que, por lo menos un día al año, nadie se olvide de esta ...
Desde hace bastantes años, cada 21 de septiembre celebramos el Día Mundial del Alzheimer, una efeméride instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que, por lo menos un día al año, nadie se olvide de esta enfermedad y de quienes la padecen.
El origen de esta dolencia fue descubierto en 1906 por el Doctor Alois Alzheimer. Desde entonces, la patología ha ido en aumento, sobre todo en estos últimos decenios, con cifras de afectados que son cada vez mayores debido al progresivo envejecimiento de la población. Esto es algo especialmente significativo en nuestro país, donde la esperanza de vida se encuentra entre las más altas del mundo y, por tanto, donde mayor población es susceptible de padecerla, puesto que esta enfermedad está íntimamente ligada al envejecimiento de las personas.
La ciencia va dando pasos muy importantes año tras año en la detección precoz del Alzheimer y en el avance de posibles remedios y tratamientos. Pero la triste realidad es que, hoy por hoy, todavía no sabemos con seguridad por qué se origina ni existe un medicamento efectivo que ayude a combatirla y erradicarla. Por eso es tan importante seguir fomentando la investigación y, mientras llega el remedio curativo, seguir apoyando a estos enfermos y, sobre todo, a sus familias, a la hora de contar con recursos asistenciales con los que se les pueda ayudar a sobrellevar la enfermedad.
Pero hay algo en lo que sí hemos dado un paso decisivo en los últimos años. Gracias a los avances científicos y, sobre todo, al testimonio de personajes relevantes de nuestra sociedad que han sido valientes y han reconocido padecer esta enfermedad, hemos conseguido ganar visibilidad y combatir los prejuicios y clichés que la rodean, aunque todavía queda mucho por hacer. Estos testimonios, sin duda, están sirviendo para que la opinión pública no se olvide de esta dolencia y también para que las miles y miles de familias que conviven con ella se sientan más apoyadas y reconfortadas en su día a día.
Precisamente esta semana se ha presentado en el Festival de Cine de San Sebastián un documental que narra las experiencias del ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, en la lucha que mantiene contra esta enfermedad. Se trata de un documental optimista, lleno de vida, en el que el político muestra sus ganas por combatir el deterioro e intenta aportar esperanza a tantas y tantas personas que pueden estar en su misma situación. El testimonio de Maragall, como lo fue antes el de otros importantes personajes como el presidente estadounidense Ronald Reagan o el también español Jordi Solé Tura, uno de los padres de la Constitución, contribuye a que el Alzheimer no caiga nunca en el olvido y también a que la sociedad sepa verlo como un asunto que debe ser de máxima prioridad para las administraciones.
El Alzheimer va minando la memoria, los recuerdos y las capacidades para realizar las actividades de la vida diaria. Pero podemos ralentizar estas pérdidasrodeando a estos enfermos de cuidados llenos de dedicación y cariño día tras día y ofrecer apoyo incondicional a la labor importante que asumen las familias en este cuidado, y,a éstasdebe ir dedicado este Día Mundial. A las familias, que son el soporte fundamental y la base sobre la que sustentar los tratamientos y las acciones a desarrollar por parte de las administraciones. Y también a quienes se dedican profesionalmente a su cuidado. A los miles y miles de trabajadores que desempeñan en nuestro país su labor en centros especializados, como residencias y centros de día, y que ponen todo su cariño y entusiasmo en esta difícil pero importante tarea.