Por alguna extraña y hasta escondida razón, que a todos los canarios nos gustaría conocer y que a lo peor esta'ligada a cierta forma de colonialismo -o neocolonialismo como algunos lo llaman-, la política de privatizaciones que con ...
Por alguna extraña y hasta escondida razón, que a todos los canarios nos gustaría conocer y que a lo peor esta'ligada a cierta forma de colonialismo -o neocolonialismo como algunos lo llaman-, la política de privatizaciones que con tanto fervor ejerciera el Gobierno, presuntamente de derechas, del Partido Popular (PP), ha acarreado para nuestras islas en general y para Lanzarote en particular la tremenda decepción y el profundo cabreo de comprobar que cada vez que una empresa pública -o de utilidad pública- caía en manos privadas, Canarias ha solido ser la gran perjudicada. Así ha ocurrido con Telefónica -que ya no tiene oficinas en Lanzarote-; con Iberia -antes compañía "bandera" y ahora más o menos "pendón", que nos ha dejado prácticamente abandonados; con Trasmediterránea, que ha abandonado prácticamente sus líneas entre las islas e incluso se ha llevado por delante la tradicional y bien acogida travesía altamente veloz entre Tenerife y Gran Canaria; de Unelco, antes empresa canaria que funcionaba muy bien -al menos mucho mejor que ahora- y que cayó en manos de la todopoderosa multinacional Endesa, retirando también sus oficinas de Lanzarote haciéndonos llamar a Sevilla, ¡casi na!..., etc, etc.
Está más que visto que para los españolitos de la Penibética y alrededores, si hay algo intocable son sus modernas líneas de trenes, más y menos veloces, y que lo de Canarias -al menos en lo que nos estamos refiriendo- les trae absolutamente sin cuidado, pese a que esos trenes de Renfe también los pagamos los españolitos, ahora ultraperiféricos. Y en hablando de Unelco y su monstruosa -por enorme- Endesa, aquí hemos pasado de un servicio aceptable, con inversiones aceptables, con líneas capaces y bien cuidadas, a ser una especie de "territorio comanche", sin oficinas, en manos de subcontratas y con el único afán de lograr rentabilidad al precio que fuere. Y menos mal que plantamos cara al disparate de aquellas torres de más de cuarenta metros con las que pretendían sembrar la costa hasta llegar a Papagayo y desde allí cerrar no se sabe qué "anillo" con Fuerteventura. Merced la oposición decidida del Cabildo y los municipios conejeros, ya han anunciado una línea subterránea de alrededor de veinte kilómetros, desde su central en Punta de los Vientos, por lo menos hasta Mácher. Pero pese a ello -o a lo peor por ello-, Unelco sigue quejándose de que aquí los tratamos mal, y por lo visto en justa reciprocidad ellos nos tratan peor. Hasta el punto de que en las últimas semanas nos hemos visto inmersos en un follón de falta de agua potable, porque según alegan los responsables de Inalsa -los irresponsables no dicen ni pío- por culpa de esos reiterados cortes de energía de Unelco se han motivado los serios problemas de suministro de agua en la Isla. Unelco, por tanto, nos proporciona un gran "corte de mangas"... ¿Y aquí en esta mayormente asirocada ínsula no hay políticos y autoridades capaces de responder a este desafío y, al menos, colocarnos en posición de saludo?