Opinión

Tras largos y amargos años vendrán nuevos tiempos

Si la suerte fuera un factor que debiera tener en cuenta un político o una persona responsable, diría que el pueblo canario la ha tenido adversa durante muchísimos años en lo que respecta a la política y a los políticos. ...


Si la suerte fuera un factor que debiera tener en cuenta un político o una persona responsable, diría que el pueblo canario la ha tenido adversa durante muchísimos años en lo que respecta a la política y a los políticos. ...

Si la suerte fuera un factor que debiera tener en cuenta un político o una persona responsable, diría que el pueblo canario la ha tenido adversa durante muchísimos años en lo que respecta a la política y a los políticos. Tras largos, amargos y oscuros años de Dictadura y en la etapa Constitucional que iniciamos hace casi 30 años, vemos como, legislatura tras legislatura, la derecha nacionalista y el PP regatean las libertades, esconden y niegan la cultura y el procedimiento democrático en la relación de instituciones y políticos con los ciudadanos.

Durante todos estos años la derecha canaria se ha instalado en el autoritarismo, el capricho y la falsa competencia y ha impedido que Canarias desarrolle una verdadera transición al sistema democrático.

La inocencia política que caracterizaba a la ciudadanía en aquellos tiempos de Transición, también en el archipiélago, permitió que personas y partidos incapaces a todas luces de pensar y comportarse como demócratas, ocuparan cargos públicos y de representación ciudadana en las instituciones democráticas de las islas. En estas condiciones pronto eclosionó el caudillismo político por toda Canarias.

Una derecha más voraz que el cansino centralismo del pasado florece por todos lados, al abrigo de las Instituciones y la política, dando lugar a espectaculares cambios de fortuna y de calidad de vida de muchos personajes, a muchos de los cuales todos conocemos.

Desde sus principios, la doble moral, el clientelismo y la demagogia han sido las artimañas para producir el engaño masivo de la sociedad canaria; así suplantaron y silenciaron al nacionalismo democrático, lo que han intentado también con el Partido Socialista.

Pero aún hay azañas peores. Los que alardean y quisieran ser conocidos y reconocidos como padres de la patria guanche han sido unos pésimos hijos de Canarias. En pocos años dilapidaron y comprometieron la herencia, el patrimonio territorial y toda fuente apreciable de beneficios económicos. Este allanamiento de las posibilidades de todos, esta usurpación, este destrozo, compromete las expectativas futuras de la mayoría de los canarios y hace que un signo negativo gravite sobre la evolución de la mayoría de nuestros asuntos.

Durante todos estos años, fieles al liberalismo económico, la esencia de la acción del gobierno de la derecha ha sido facilitar los negocios y dejar actuar libremente a un mercado ansioso de beneficios. La falta de control, la falta de salvaguarda de los intereses de todos los canarios convierten la posibilidad de desarrollo de todos en desarrollismo especulativo. El egoísmo, la irresponsabilidad y la ineficacia, han presidido la conducta de la derecha nacionalista con los canarios, y por ello se ha desencadenado un proceso destructivo que devalúa los medios con los que nos ganamos la vida y también la convivencia y depara a nuestra sociedad un horizonte de incertidumbre.

En la actualidad, la sociedad canaria, un poco más comprimida en su espacio vital, ve con frustración cómo tanto negocio, tanto dinero procedente de la Unión Europea, del Estado español y de recursos propios no ha servido para impedir el crecimiento de la pobreza, la marginalidad y la precariedad, ni para mejorar la perspectiva de la calidad de vida de la mayoría de nosotros.

En casi 30 años de historia, gobierno tras gobierno, la frustración de los ciudadanos canarios con la derecha nacionalista y con el PP ha ido creciendo y hoy no sólo es un desengaño masivo sino también un rechazo y un clamor ciudadano por el cambio político.

Basándose en la facilidad que han tenido en el pasado para engañar a los canarios de todas las islas, se apresuran a montar un escenario artificial donde se cambia ineptitud por capacidad, disciplina por esfuerzo, ignorancia por sabiduría y sobre todo desarrollismo por desarrollo. El desarrollo debe servir para aumentar el bienestar, para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos y sentar las bases para una evolución futura todavía mejor. Lo que ha hecho la derecha en el Gobierno de Canarias ha sido dejar a la mayoría de los canarios en los últimos peldaños de una escalera colgada en el vacío, temiendo que mañana pueda caer.

Pero les aseguro, que tras largos y amargos años, vendrán nuevos tiempos.

* Manuela Armas Rodríguez,

candidata del PSC de Lanzarote a la presidencia del Cabildo