Desde mi injustificado encierro, hecho sin precedente en Canarias, y tengo la impresión que en el resto de España, de lo que se dirá en su momento en mi libro "La verdad", he seguido con especial atención, y porqué no decirlo, con gran nostalgia por no poder participar, el desarrollo de las sucesivas campañas electorales, nacionales, locales y autonómicas, sus resultados y ahora la lucha entre las diferentes fuerzas políticas para conformar los gobiernos que han de administrarnos durante los próximos cuatro años.
El pueblo soberano ha manifestado su voluntad en las urnas y debemos respetar y acatar su mandato, aunque algunos resultados nos parezcan desconcertantes como la sorpresiva mayoría absoluta del Alcalde de Teguise o el amplio apoyo obtenido por don Pedro San Ginés a la presidencia del Cabildo.
La primera porque don Oswaldo Betancort, en Teguise, no ha hecho nada a lo largo de sus años de mandato que lo haga merecedor de tan abultado respaldo. En unos de mis permisos, de la reclusión a la que estoy sometido, tuve la ocasión de recorrer cada uno de los pueblos del municipio de Teguise y la sensación que me traje es que en el mismo se había detenido el tiempo desde aquel lejano año 1991 en que abandoné la alcaldía. Don Oswaldo, al igual que los que me secundaron en el cargo, se ha dedicado a vivir de la herencia recibida sin ni siquiera aplicarle el adecuado mantenimiento o, en el mejor de los casos, terminar algunos de los proyectos que dejé iniciados.
Me produjo profunda tristeza el comprobar el estado de deterioro en que se encuentra el Complejo Agro Industrial, obra insignia pensada y ejecutada para ser el gran revulsivo del sector primario de nuestra isla, del que todos los políticos hablan pero del que nadie se preocupa. La decadencia de Costa Teguise, con obras inacabadas que se eternizan en el tiempo dando un aspecto de completo abandono; la construcción de un colegio de enseñanza pública prefabricado que desdice mucho de los del resto del municipio y de lo que se merecen los enseñantes y escolares de la zona; la eterna obra del paseo marítimo que dura más que el muro de la frontera de México con EE.UU.; la ausencia de un verdadero plan de mejora y modernización de parte de su planta alojativa e instalaciones de ocio que hagan más atractivo el lugar; etc.
Don Pedro San Ginés, a pesar de haber presidido la primera institución insular durante un período de diez años, ha sido incapaz de impulsar los grandes proyectos de los que aún adolece nuestra isla y que está condicionando su desarrollo: el eje Arrecife ? Playa Blanca que no sólo resuelva los problemas de saturación de tráfico que ya se producen, sino que agilice la movilidad del tráfico pesado con destino a Fuerteventura posibilitando el comercio entre ambas islas; sigue sin vislumbrar una solución factible para la pista de operaciones y la ampliación y modernización de la terminal de viajeros de nuestro aeropuerto; nuestro puerto carece de un adecuado terminal de pasajeros donde puedan guarecerse los cruceristas y facilite las operaciones de los tour operadores y resto de agentes que operan en él; Lanzarote aún no cuenta con un adecuado palacio / auditorio de congresos; la tan cacareada y necesaria autovía que ha de unir la circunvalación de Arrecife con la carretera de las Playas que descongestione el tráfico con el aeropuerto y Playa Honda, ni se ha vuelto a hablar de ella; al taponamiento de tráfico que a diario se produce en los accesos a la zona industrial y comercial de Playa Honda ni se le ha dado solución ni se le espera; el tan publicitado carril de bicicleta que enlace los principales puntos de nuestra isla fuera de las vías de tráfico sigue siendo una quimera; el soterramiento de las líneas de transporte de electricidad en alta tensión de Endesa, que en su día bajo mi presidencia se iniciaron con la ejecución en el año 1991-1992 de la de Yaiza al Golfo, Punta de los Vientos- subestación de Mácher, Parque Eólico de Los Valles ? Inalsa, Punta Mujeres ? Cueva de los Verdes, suspendida su continuidad injustificadamente cuando existía un acuerdo previo; la inacabada obra del Islote de la Fermina, tantas veces reanudada y tantas paralizada; el abandono del histórico y singular cultivo de la cochinilla ?único en Europa- que tanta riqueza aportó a la economía agrícola insular; la conexión de Arrecife con Puerto del Carmen, por Playa Honda, mediante un transporte público específico que discurra por el litoral fuera de la autovía; dejadez en el embellecimiento de los bordes de las carreteras; incapacidad para aprobar la revisión del Plan Insular de Ordenación (P.I.O.), determinante para mantener un desarrollo sostenible de la isla; incapacidad de promover e impulsar un plan de remodelación de la planta alojativa, obsoleta especialmente en el municipio de Tías; y un largo etcétera imposible de plasmar en una corto artículo.
Don Pedro San Ginés sí tiene una ineludible e inexcusable obligación que cumplir: explicar a los ciudadanos de Lanzarote los entresijos que rodearon la adjudicación de un bien tan sensible y determinante para la supervivencia y desarrollo de nuestra isla como son los activos de Inalsa a Canal Gestión.
Lanzarote, bajo la presidencia de su Cabildo de don Pedro San Ginés, ha pasado de ser una isla referente a nivel nacional e internacional a prácticamente al ostracismo, y por su trayectoria y realizaciones al frente de la primera institución insular, moralmente no puede pretender ser reelegido a través de una moción de censura inicial. El legislador, cuando introdujo la moción de censura en nuestro ordenamiento jurídico, lo hizo pensando en que se pudieran corregir graves problemas de gobernabilidad o hechos que alteraran el buen y normal funcionamiento de las instituciones, pero no para que se censurara a quien no ha tenido oportunidad de demostrar su capacidad o incapacidad. A doña Loli Corujo ?a quien no conozco excepto por un fugaz y comentado saludo hace años en Los Dolores-, como candidata más votada a la presidencia del Cabildo, debe dársele la oportunidad, por un tiempo prudencial, para que demuestre si es merecedora de la confianza que se le otorga. En caso contrario, tiempo hay para la moción de censura. Lo contrario sería un grave error como los cometidos en el pasado, incluido los del que suscribe.
El P.P., con su situación de árbitro político de los principales corporaciones de la isla, tiene la gran oportunidad ?y no necesariamente participando en los gobiernos- de diseñar y marcar la política a aplicar que devuelva el dinamismo e ilusión a nuestra ciudad e isla.
Los vecinos de Arrecife han desautorizado a la actual alcaldesa por su incapacidad para afrontar y resolver los graves problemas que afectan a nuestra ciudad. Doña Eva De Anta, pienso, ha sido víctima de sus propios compañeros y especialmente de sus asesores. A nivel personal tengo que agradecerle la visita que realizó al Centro donde me encuentro recluido, la única política que lo hizo, lo que me permitió conocerla personalmente y departir con ella unos agradables, distendidos y, me atrevería a decir, simpáticos minutos. Arrecife ha puesto su destino e ilusiones de un futuro mejor en manos del joven Echedey Eugenio, de su partido y de quien le apoye en la gobernabilidad del municipio, y a quienes les deseo el mayor de los éxitos en su difícil cometido.
No toda la responsabilidad del deterioro de Arrecife se le debe atribuir a la actual alcaldesa, pues la nefasta actuación de don Manuel Fajardo Feo como Alcalde ha tenido mucho que ver y, si no, que explique porqué paralizó las obras del Plan Integral de Barrios. ¿Quizás porque era una gran obra del P.I.L.?
Las pasadas elecciones locales y autonómicas nos han dejado varios motivos para la reflexión: que la modificación del Estatuto de Autonomía de Canarias que introdujo la lista autonómica con nueve nuevos parlamentarios no ha servido para evitar que la conformación del gobierno autonómico, bien de derechos o izquierdas, pase una vez más por los grupos minoritarios, si bien ha corregido los topes electorales insulares del 30 al 15%, tope promovido en su momento de forma torticera por C.C. para impedir el ascenso del P.I.L. al Parlamento canario; que la no concurrencia del P.I.L. ?Partido de Independientes de Lanzarote- a las pasadas elecciones locales y autonómicas alteraron considerablemente los resultados electorales; que los ciudadanos de nuestra isla no avalan con sus votos los comportamientos de deslealtades, transfuguismos, traiciones, oportunismos y a vividores de la política y, si no, que se lo pregunten a don Ramón Bermúdez, don Manuel Cabrera, doña Gladys Acuña, don Luis Arráez, y a tantos otros hijos del P.I.L.; que ante la posibilidad que se conforme un gobierno autonómico alternativo al de C.C. ?cosa que deseo- será interesante comprobar cuánto dura la cohesión de esta formación en la oposición, o si asistiremos a su derrumbe a corto plazo, y a si han estado ocupando el espacio nacionalistas que por su actuación no les corresponde.
Por Dimas Martín