Opinión

"Rafa, el promotor"

No es lo mismo hacer política cultural que un político haciendo cultura. No, no es lo mismo. Pero desgraciadamente, es lo que hay en Arrecife en la actualidad, con un primer teniente de alcalde y concejal de Cultura y Turismo cuya idea de la gestión pública consiste en ojear un catálogo de "artistas" que le ofrecen promotores espabilados, y como si de redecorar la cocina a base de Ikea por un tubo se tratase, elegir entre un inconexo correlato de "Pitingos", "Bustamantes" y "Davises Guapos" que se ve que encandilan al edil y a su entorno.

En ese engendro incomprensible que el concejal rafaeljuangonzálezrobayna denomina "agenda cultural", cabe todo: desde una chirigota de Cádiz o un tipo apellidado Guapo contando chistes, hasta una feria de tapas al grito de "¡Una de tollos!", pasando por la servil organización de un concierto de la banda de música de los militares del Aire y su subsiguiente jura de la bandera española en un centro comercial privado, todo financiado con fondos del presupuesto municipal destinado a la cultura y con el teniente de alcalde en actitud genuflexa rindiendo honores al ejército colonial español, entidad ésta cuya presencia en Canarias su partido pseudo-independentista asegura que rechaza. Grotesca actitud, en alguien que se dice nacionalista canario pero que paga con dinero del Ayuntamiento una manifestación militar al más puro estilo casposo de épocas que parecían superadas.

Y es que ahí reside el fondo de la cuestión. Es obvio que a rafaeljuangonzálezrobayna le persigue su pasado más inmediato, marcado por una vergonzante derrota en las elecciones locales frente al candidato socialista Montelongo y aumentado su escarnio y mofa general ante la obligación de apoyar a su sustituta De Anta. Y en el ínterin, su compañera Mariate Lorenzo nombrada consejera de Turismo del Gobierno de Canarias y no él, ¡él!, que con sus tapas, sus arrecifes en muertos y su presencia ad nauseam en los medios de comunicación considera que sería el tipo perfecto para explicarle a Clavijo como se dinamiza una ciudad para el turismo, a base de cosas que quedarían geniales en el programa de las fiestas patronales de, pongamos, El Mojón.

Así que esa es la política cultural en la tercera capital de Canarias a día de hoy, con casi 60.000 habitantes y varios miles de visitantes diarios: la Casa de la Cultura cerrada, sin esperanzas de apertura y, sobre todo, sin que se atisbe a imaginar que pretende hacer rafaeljuangonzálezrobayna con ese espacio si algún día no muy lejano abre sus puertas (más allá de encargarle al coleguilla de CC que reventó el Festival de Música de Canarias que programe alguna cosita); el Museo de Historia de Arrecife del Castillo de San Gabriel, entregado vergonzosamente a su peña de CC en el Cabildo y renunciando a su gestión directa y a los ingresos que reporta para las arcas municipales; la Biblioteca Infantil, chapada; el Centro Cívico languideciendo en el barrio de San Francisco Javier a la espera de que el concejal se resetee, se practique un auto-shock y decida que quiere hacer con él, siempre en el supuesto de que realmente quiera hacer algo; los centros culturales de los barrios en manos de esa cofradía siniestra de frikis que se hacen llamar "líderes vecinales" y que hacen y deshacen con ellos como si regentaran sus tabernas particulares. Y el resto de concejales de CC en Arrecife mirando p´a los celajes y preguntándose cuándo tendrá previsto Rafa hacer otra feria de la tapa.

Desmantelado, desmovilizado y marginado el personal municipal de Cultura, rodeado el concejal de una pintoresca cohorte de asesores / enchufados de CC, lanzado rafaeljuangonzalezrobayna por una suerte de galería de los horrores de tapas, chistes, velas y promotores afines, como contribuyente cabreada ante el campurriaje predominante en el devenir cultural capitalino, no puedo dejar de preguntarme: "¡Pero a quién demonios colocó este hombre a su lado para que lo asesore!

 

Por Carmen Martínez Perdomo