El pasado viernes Santo se conmemoró el 75 Aniversario de la II República Española. Fueron los cinco años más vertiginosos de la larga historia de España. Resulta difícil encontrar testigos vivos de la época, pero la memoria histórica evoca aquella etapa por ser la que aplicó por primera vez en el Estado español, un modelo plural de nación.
Aunque la idea de la España plural arranca de los años 60 y 70 del siglo XIX, por tratarse del modelo de sociedad al que aspiraban los políticos liberales. Aspiración válida tanto para los denominados liberales progresistas, que eran republicanos a secas y más bien partidarios de un Estado social; como para los seguidores de Francisco Pi y Margall, y de nuestro Nicolás Estévanez, los llamados liberales federalistas, de ideas muy cercanas a las libertarias, que veían en la España de entonces los mismos fenómenos culturales, sociales e institucionales que dieron lugar en Latinoamérica al nacimiento de nuevas naciones.
Más de medio siglo después, aquella pluralidad nacional se hizo realidad con la II República, al aprobarse por las Cortes republicanas los Estatutos de Autonomía de Catalunya, Euskadi y Galicia. Desgraciadamente, la sublevación militar-fascista, además de demonizar el nacionalismo (Decían que era preferible una España roja a una España rota), impidió que se continuaran aprobando otros Estatutos que ya estaban redactados, como los de Andalucía y Canarias, este último impulsado por nuestro federalista Franchy Roca.
Durante aproximadamente ciento cincuenta años, los federalistas de uno u otro signo, han pretendido convertir España en una unidad política integrada por diversas organizaciones separadas, con sus propias competencias y ámbito de actuación, capaces de dotarse de sus propios ordenamientos jurídicos y con una legitimación política independiente. Es decir, en un Estado compuesto, de signo federal; al igual que otros Estados de Europa y América.
Sin embargo, hoy nos encontramos en otro tipo de Estado compuesto, el Estado autonómico, donde se adoptan decisiones políticas diferentes de las tomadas en Madrid, de acuerdo con un sistema de competencias establecidas en la Constitución, y reguladas por una serie de organismos centralizados, centralistas y centralizadores que, si lo estiman oportuno, intervienen en la toma de decisiones de las organizaciones descentralizadas.
A pesar que en nuestros días, la globalización y la aparición de Instituciones supranacionales parecen contradecir el modelo de Estado compuesto, los hechos demuestran que en el Estado español no merma, sino crece, el número de hombres y mujeres que alardean su voluntad de sentirse parte de una Nación de Naciones.
No para romper España, sino para debatir cómo conseguir la descentralización efectiva del Estado plurinacional español, los próximos día 20 y 21 de abril, los Jóvenes Nacionalistas de CC de Gran Canaria y el Colectivo Nacionalista de Estudiantes, organizarán en la ciudad de Las Palmas, un "Encuentro de naciones", que contará con jóvenes nacionalistas procedentes de Euskadi y Catalunya. Será una oportunidad para conocer sensibilidades distintas, pues habrá delegaciones de EGI y IRATZARRI (organizaciones juveniles del PNV y ARALAR) y de JERC y Unió de Joves (homónimas de ERC y CiU).
Pablo Rodríguez Valido
Vicepresidente de Jóvenes Nacionalistas de CC en Gran Canaria