El conjunto de los españoles y, en definitiva, los canarios han hablado en las urnas. Estaba rotundamente claro que peticionaban un sustancial cambio en las instituciones. Esas modificaciones no llegaban y como era natural, el día de ...
El conjunto de los españoles y, en definitiva, los canarios han hablado en las urnas. Estaba rotundamente claro que peticionaban un sustancial cambio en las instituciones. Esas modificaciones no llegaban y como era natural, el día de las votaciones, se llevaron un correctivo. Bajo mi punto de vista, he de posicionarme cobijado por las circunstancias que obligan a ser escépticos en cuanto a la efectividad se refiere con estos cambios.
Para recuperar una economía saneada con fortaleza no sólo es imprescindible un cambio de personas, sino que exista un modelo de arbitraje imparcial que enfoque las directrices a seguir siempre persiguiendo el bienestar común y nunca en beneficio personal.
Partiendo de esa base lógica, se me antoja extremadamente complicado que se puedan solventar los diversos impedimentos que tenían los anteriores en el cargo, puesto que algunos de estos problemas, estoy absolutamente convencido, vienen siendo arrastrados por fehacientes herencias que a día de hoy están debidamente enquistados.
Yo aconsejaría una gestión limpia y debidamente transparente durante los primeros cuatro años. Aunque duela decirlo, los adeudos contraídos se pueden finiquitar lentamente pero no con mentiras políticas, sino con hechos y estos no son otros sino hacer efectivos los pagos religiosa y eficazmente hasta la total liquidación de los mismos.
Es una lástima tener que recurrir a las comparaciones pero, en este caso, da a lugar si tenemos que hacer balance comparativo entre instituciones como las de Suiza, Alemania, Noruega o Suecia. Estas son inmensamente poderosas económicamente, sencillamente por su gestión.
En ellas no existen los "chorizos" y sus gestiones son plenamente avaladas por el conjunto de los ciudadanos. ¿Por qué no podemos asemejarnos a políticas de este tipo?