Cuando en los pasados comicios electorales me decidí a utilizar las redes sociales para hacer llegar mis propuestas como candidato a la presidencia del Cabildo Insular, lo hice admitiendo que se trataba efectivamente de la utilización ...
Cuando en los pasados comicios electorales me decidí a utilizar las redes sociales para hacer llegar mis propuestas como candidato a la presidencia del Cabildo Insular, lo hice admitiendo que se trataba efectivamente de la utilización de un recurso electoral más, para hacerlas llegar a cuantas más personas mejor, aunque siempre con la disculpa del escaso tiempo del que dispongo para poder atender esta herramienta, cosa que hago personalmente.
Pues bien, en esta ocasión se trata exactamente de lo mismo, en un intento de evitar la bipolarización de la campaña a que nos someten los grandes partidos estatales, como si CC no se presentara a las elecciones.
El caso es que comparto con la gran mayoría de medios de comunicación, dirigentes políticos, y opinión pública en general, la idea que se tiene sobre la escasa utilidad que en principio tiene la Cámara del Senado, en tanto ésta no se reforme. No obstante lo anterior, de momento sigue siendo la única Cámara que garantiza la representación de Lanzarote en las Cortes, y de eso, unido a la utilidad que sí cobra cuando además de senador se ostenta otro cargo importante, es precisamente de lo que se trata y versa este artículo.
Como ya he confesado abiertamente, la razón fundamental que en su día me animó a aceptar la propuesta que Coalición Canaria me hizo para ser el candidato al Senado, fue contrastar algunas valoraciones sobre la oportunidad de compaginar las responsabilidades de ser presidente del Cabildo y a su vez senador, que me hicieron quienes habían adquirido tal condición en el pasado reciente de la democracia canaria, y por tanto vivido esa experiencia vital y política. Y efectivamente, en todos los casos la valoración sobre la oportunidad de asumir el reto de ese binomio Senador-Presidente de Cabildo, fue de absoluta recomendación para los intereses de sus respectivas islas. Tanto por parte de D. Ricardo Melchor (Tenerife), D. José Luis Perestelo (La Palma) o D. Casimiro Curbelo (La Gomera), quienes personalmente así me lo aconsejaron.
A partir de ahí, todos los ataques a la supuesta incompatibilidad del cargo de Presidente del Cabildo y Senador por Lanzarote, hay que interpretarlos dentro de la lógica de campaña de mis adversarios políticos, pero en absoluto desde la objetividad política, en la medida en que no solo no son incompatibles sino que muy al contrario, son tan complementarios que es precisamente por mi condición de Presidente del Gobierno de Lanzarote, por lo que apelo a que mantengan su confianza en mí para representar los intereses de esta isla, en esta ocasión en la Cámara Alta.
Lo que en definitiva trato de explicar, es que lejos de abandonar mis responsabilidades en la isla o desatender los problemas de Lanzarote, si los conejeros deciden renovarme su confianza, se trata justo de todo lo contrario. Esto es, abrir una puerta a la oportunidad de gestionar mis más altas responsabilidades allí donde se toman las grandes decisiones, es decir, llevar los problemas de Lanzarote a Madrid, al tiempo que colocarlos entre las prioridades de Coalición Canaria como organización política, cosa que tampoco ha tenido lugar, acaso por el escaso peso político que hasta la fecha ha tenido CC-Lanzarote en el contexto del moderno nacionalismo canario.
Desde el máximo respeto a la voluntad de todos mis adversarios políticos en la candidatura -conozco personalmente a los del PP y PSOE y les tengo en buena estima y consideración- quiero recordar a los ciudadanos que ni Rajoy ni Rubalcaba podrían ser senadores por Lanzarote, aunque quisieran, ni puedo imaginar a un senador por Lanzarote del PP o del PSOE, cuya acción política no estuviera mediatizada por la disciplina de voto a que les someterían sus respectivas organizaciones cuya soberanía empieza y termina en Madrid, al contrario que la mía, que empieza y termina en Lanzarote y en Canarias como creo haber demostrado.
Además, ninguno de ellos tiene un programa de gobierno para Canarias o Lanzarote. CC sí que lo tiene para ambas y podrán ustedes consultarlo en mi blog, www.pedrosangines.wordpress.com. En concreto, al Senado se va a hacer alta política centrada en una docena de asuntos, de tal forma que quienes tratan de hacerles creer que es preciso una intensa dedicación en dicha Cámara, de lunes a viernes las más de 200 semanas que dura el mandato, están equivocados o tratan de confundir a la opinión pública conscientes de que el Senado no es ni el Cabildo, ni el Parlamento Autonómico, ni siquiera el Congreso donde los diputados del PP y PSOE de Lanzarote si quisieran, tendrían más cometidos e iniciativas, aunque no es que se hayan destacado estos últimos precisamente por su frenética actividad semanal.
Es más, siendo del todo honesto y a la vista de la prácticamente nula eficacia que para Lanzarote ha supuesto históricamente el balance de nuestro Senador -que por cierto nunca ha sido de CC- y habida cuenta de la profunda crisis económica que atraviesa el país, es cierto que resulta improbable que podamos conseguir ejecutar al 100% de dicho programa, pero tan cierto como que "no callarán mi voz allí donde prometo alzarla bien alto en defensa de los intereses de esta tierra".
*Pedro San Ginés es presidente del Cabildo de Lanzarote y candidato de la coalición CC-NC-PNC al Senado por esta isla.