La educación en Canarias es un fracaso y el desmedido interés en el proyecto para "introducir los esports en las aulas" no es más que una cortina de humo con la que ocultar la poca atención que presta el Gobierno de Canarias a esta área. Con esa premisa de partida, el secretario general de los socialistas canarios se ha despachado en su último artículo de opinión, destacando de forma parcial algunos aspectos de la educación en las islas y, por supuesto, sin mencionar una sola de las mejoras del sistema educativo en los últimos años, que son muchas. Pero vayamos por partes.
Ángel Víctor Torres nos acusa sin tapujos de poner por delante el proyecto de esports frente al resto de la educación y de crearlo para ocultar unas supuestas vergüenzas. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la previsión era culminar y presentar el proyecto en septiembre, pero bastó una simple encuesta a los centros, con el fin de que expresaran si estarían interesados en participar en ese nuevo proyecto educativo que se estaba diseñando, para que toda la oposición arremetiese contra él. Sin haberlo presentado, sin siquiera estar ultimado. Desde luego, no es este Gobierno quien ha puesto el foco sobre ese proyecto. Aparte de la rueda de prensa de presentación que adelantamos a finales de julio, para dar toda la información que solicitaba el resto de partidos y la sociedad en general, pocos habrán oído declaraciones de esta consejera o del equipo de la Consejería al respecto y, las que se han producido, son por petición directa de los medios de comunicación.
Y esto es porque se trata de un proyecto más de las decenas de proyectos de innovación que impulsa la Consejería cada año y no de un 'proyecto estrella' o una prioridad absoluta. Consideramos necesario educar a nuestros jóvenes en el uso responsable de los videojuegos y lo hemos previsto en horario extraescolar, de forma voluntaria, con la participación de las familias y una duración de tres meses y así lo defendemos, como defendemos el resto de proyectos impulsados por esta Consejería. Por lo tanto, si alguien ha puesto el foco sobre él o considera una prioridad hablar de él y no del resto de la educación, no somos nosotros.
Hace referencia el secretario de los socialistas al pasado Debate de la Nacionalidad y, sin embargo, obvia todo cuanto allí se explicó sobre la evolución del sistema educativo. No dice en su artículo que esta Legislatura ya se han aprobado 40 millones de euros para la modernización tecnológica de los centros, que se ha aprobado la histórica y justa demanda del profesorado para implantar el modelo retributivo de sexenios y equiparar sus condiciones al resto de docentes del Estado, además de los complementos por tutorías y bilingüismo, o que se ha extendido el programa para el uso gratuito de los libros de texto a toda primaria, secundaria, bachillerato y FP, cuando al inicio del mandato apenas se cubría primero y segundo de primaria y el gran esfuerzo lo venían realizando las ampas. Tampoco nombra las mejoras en las becas a estudiantes universitarios, adelantando los pagos, llegando a más familias, bajando las tasas y recuperando la financiación universitaria. Y, por supuesto, se olvida del impulso a que seamos comunidad bilingüe, a la FP, a las infraestructuras educativas (con 9 centros iniciados ya), olvida la creación de un protocolo para atención del alumnado trans, que ha tenido una gran acogida en los centros, o la implementación del Plan de Igualdad en el Archipiélago.
Esto, sólo por poner algunos ejemplos. En cambio, lo que sí hace es calificar de "penosa" la educación en Canarias, obviando la pasada legislatura y la responsabilidad de su propia formación política en aspectos como que mi predecesor en el cargo fuese también el secretario general de los socialistas canarios. Queda mucho por hacer en educación, pero si algo ha hecho el sistema educativo en estos años es mejorar en prácticamente todos los aspectos; mejoras a las que, en los años de crisis e inacción de la administración, contribuyeron familias y docentes sin lugar a dudas.
Por lo que si en la actualidad es penoso, una afirmación que no compartimos en absoluto, habría que recordarle cuál fue el punto de partida. Por ejemplo, para justificar su crítica, Ángel Víctor Torres echa mano de los aspectos más mejorables en el actual sistema educativo. Dedica buena parte de su texto a la Educación Infantil de 0 a 3 años, señalando que Canarias está muy por detrás de otras comunidades autónomas en su cobertura.
Hoy en día, hay una treintena de escuelas infantiles autorizadas más que al inicio de la Legislatura y logramos 3 millones de euros del Estado. Y, ya que hace referencia a otras comunidades autónomas, tal vez no leyó las crónicas de la última Conferencia sectorial de Educación, en la que todas, incluidas las gobernadas por el partido socialista, coincidieron en señalar que el Estado debe regular esa etapa convenientemente y financiarla en caso de declararla obligatoria. No olvidemos que en la LOE, ley aprobada por un Gobierno socialista, la educación infantil de 3 a 6 años se plasmó como gratuita, mientras que hasta los 3 años quedó configurada como no gratuita, ni obligatoria. Esto es lo que ha llevado a la actual situación en la que varias comunidades que la impulsaron se han visto en la obligación de recortar sus prestaciones o, cuando menos, reclamar el auxilio estatal para mantenerla, entre ellas la socialista comunidad andaluza. Mejor actuación haría si se sumara a las reivindicaciones autonómicas frente al Gobierno del Estado, como el interlocutor que pretende ser.
También define como penosa la situación de las plantillas docentes y menciona un déficit de profesores y profesoras en el sistema educativo canario. Ya hemos hablado de la mejora retributiva que hemos implantado a través del modelos de sexenios. Pero es que, además, hoy hay 700 docentes más en nuestro sistema educativo que en el momento en el que lo dirigían los socialistas.
Habla de falta de atención a la diversidad por falta de docentes especializados. Sólo el curso pasado, reforzamos esta atención con más de 270 docentes en infantil y primaria, a través del programa Impulsa (que, por cierto, sí supone una inversión millonaria, no como los tres meses del proyecto voluntario sobre los videojuegos), pusimos en marcha el programa Tránsito, con el que se mejoró la adaptación de más de 2.500 estudiantes en su paso de Primaria a Secundaria, reforzamos los equipos de orientación y evaluación psicopedagógica con más especialistas en Audición y Lenguaje, abrimos catorce nuevas aulas Enclave, 16 más el próximo curso, incorporamos terapeutas ocupacionales a los Centros de Educación Especial, que no tenían esta figura, e incorporamos 36 educadores y educadoras sociales al sistema educativo, como nuevo recurso también para la atención a la diversidad y al absentismo escolar, muy demandados todos por la comunidad educativa. Más de trescientas personas más para atender a la diversidad en un solo curso.
Y, por último, la mayor perla del discurso socialista se refiere a lo establecido por la ley canaria en relación a que en el año 2022 se debe destinar el 5% del PIB a educación. Exactamente, la Ley establece que se deberá aumentar progresivamente el presupuesto para esta área, para alcanzar el objetivo. Nuestro primer año de Legislatura, el incremento fue de 16 millones de euros, el segundo fue de 42 millones de euros y, el tercero, de 100,4 millones, en clara progresión, sin contar los créditos extraordinarios. Sin embargo, el secretario general de los socialistas canarios tilda de vergonzosa la financiación de la educación en Canarias, de nuevo omitiendo cómo gestionó este aspecto el partido socialista. La Ley entró en vigor en septiembre de 2014, ya con ese mandato de incremento progresivo. Aquel año, el presupuesto para educación era de 1.498.104.842 euros. Apenas dos meses después, el secretario general de los socialistas canarios, al frente de la Consejería de Educación, presentó un presupuesto inferior para 2015, dedicando a educación 1.497.337.702 euros. Sin embargo, ahora que sí incrementamos el presupuesto de educación de forma progresiva, para los socialistas es una vergüenza.
No seré yo quien obvie todo el trabajo que queda por hacer en Educación, puesto que a él me dedico cada día, y es obvio que aspectos como la Educación de 0 a 3 años o la financiación son aspectos a mejorar. Y en eso también trabajamos cada día donde corresponde y tratando de alcanzar acuerdos con quien sea necesario para hacer progresar nuestro sistema educativo, como con el Gobierno del PP anteriormente y el del PSOE en la actualidad para la regulación adecuada del primer ciclo de infantil o en la incuestionable petición de utilizar los casi 600 millones de euros de superávit de Canarias. Es el momento de luchar por ese 5% de financiación de la Educación a nivel estatal que hizo al PSOE romper la negociación del Pacto por la Educación, como lo es de modificar la tan criticada LOMCE, y no la Ley Canaria que salió del consenso y de una iniciativa popular. Pero, desde luego, lo que no hacemos es crear pantallas o polémicas adrede para evitar hablar de lo que debemos mejorar, como tampoco nos dedicamos a calificar de penosas o vergonzosas decisiones anteriores que contribuyen a la situación actual. Miramos hacia adelante en busca de la mejor manera de fortalecer nuestra educación. Y todo ello, señor Torres, escuchando a la Comunidad Educativa, que es algo en lo que no nos da lecciones el Partido Socialista.
*Soledad Monzón es consejera de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias.