La detención este fin de semana de otros cuatro marroquíes que venían a Lanzarote con intención de seguir trayendo más droga ha despertado numerosas interrogantes. Las primeras tienen que ver sobre todo con el verdadero lugar que ...
La detención este fin de semana de otros cuatro marroquíes que venían a Lanzarote con intención de seguir trayendo más droga ha despertado numerosas interrogantes. Las primeras tienen que ver sobre todo con el verdadero lugar que le corresponde a la Isla en todo lo concerniente al tráfico de mercancías prohibidas. ¿Es en estos momentos un simple trampolín que sirve como base de distribución a otras islas o a otros lugares o realmente nos hemos convertido en receptores y consumidores de toda esa cantidad de droga, se está utilizando a Lanzarote como alternativa de mercado una vez que se ha aumentado la vigilancia sobre la valla que da acceso a Ceuta y Melilla? Más bien, aplicando el sentido común y las informaciones que maneja la policía, habría que inclinarse por la primera opción. Todo hace indicar que el hachís que se ha aprehendido tenía diferentes destinos, con un valor en el mercado difícilmente cuantificable. Aunque la tercera opción tampoco es mala. Lo de Ceuta y Melilla ha hecho mucho daño a la ruta africana.
Que Lanzarote no fuera el destino final para la venta de toda la droga no significa que no padezca las consecuencias de este narcotráfico. Más bien al contrario. Aquí tenemos ejemplos sobrados, y si no que se lo digan a los dignísimos trabajadores del Centro de Atención al Drogodependiente, de que el consumo de drogas ha hecho estragos. Pero de lo que se habla ahora es de algo totalmente diferente, del hecho indudable de que las mafias que trafican con estupefacientes han puesto sus zarpas en la costa de Tinajo, un lugar de difícil acceso al que únicamente se puede llegar, en muchos tramos, a pie, lo que dificulta enormemente las operaciones policiales.
De todos modos, no estamos hablando de nada nuevo. La proximidad de Lanzarote con el continente ha hecho que las mafias que controlan el narcotráfico la elijan siempre para realizar sus operaciones. Sin embargo, resulta llamativo, como ha advertido el director insular de la Administración General del Estado, Marcial Martín, que en esta ocasión nos estemos ocupando de una operación tan prolongada. Ni el primer alijo incautado fue el primero ni el último será el último. Estamos hablando de una línea que han descubierto los narcotraficantes que llevan explotando desde hace mucho tiempo, utilizando para ello todo tipo de embarcaciones y los contactos que tienen en tierra.
Lo más llamativo del asunto es la teórica impunidad con la que actúan, únicamente frenada por la profesionalidad con la que trabajan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que operan en Lanzarote. Y decimos "únicamente" porque no se puede perder de vista el hecho de que nuestras costas siguen estando vigiladas con aparatos del pleistoceno. Las mafias, que también leen la prensa, saben que hasta junio del próximo año no se va a instalar el Servicio Integral de Vigilancia Exterior, el famoso SIVE, y se están aprovechando de ello. No es que con el SIVE se vaya a terminar el narcotráfico o la inmigración irregular, pero al menos sí se va a permitir que nuestros policías trabajen en mejores condiciones y con posibilidad de anticipar los pasos de los delincuentes.