Soy un firme defensor de los derechos de la gente y por eso milito en el Partido Popular. Sin ningún género de duda, opino que la mejor política social es aquella que mejora la dignidad de las personas, la que garantiza la igualdad y el crecimiento, la que en definitiva, ofrece a la gente la posibilidad de valerse por sí misma. La mejor política social es el empleo. Pero sobre todo, soy su firme defensor de las políticas que evitan el clientelismo, la desigualdad y el despilfarro.
Mucho ha llovido en este país desde que en las pasadas Elecciones Generales, once millones de españoles decidieran sumarse al cambio del Partido Popular. El cambio necesario que lideraba el único proyecto político con la capacidad y experiencia necesarias para sacar a España, por segunda vez, del pozo en el que la habían metido las políticas populistas y trasnochadas de la izquierda.
Tuvimos que apostar por lo urgente antes que lo importante, porque lo urgente era evitar el colapso y la quiebra del país, alejar el fantasma de la insolvencia y evitar el rescate. España no era de fiar, teníamos un déficit público descontrolado y el desempleo en caída libre, nuestras empresas perdían competitividad, nadie nos prestaba y quienes lo hacían, imponían condiciones insostenibles para nuestra maltrecha economía. Que confiaran en nosotros era fundamental.
Hoy España lidera el crecimiento económico entre los países de la Unión Europea, creamos 1 de cada 2 nuevos empleos y hemos pasado de ser una amenaza para su futuro, a protagonistas de la recuperación. Hoy en España están garantizadas las pensiones, las prestaciones por desempleo y la atención a nuestros dependientes y por supuesto, hoy en España gozamos de una sanidad y una educación que sigue siendo pública, gratuita, cuyos servicios al ciudadano aspiramos prestar de la máxima calidad. Hoy en España dedicamos todos nuestros esfuerzos a lo importante, porque lo importante son las personas.
La reciente aprobación de la Ley de Segunda Oportunidad continuará explorando fórmulas para compensar a los ciudadanos que más han sufrido los efectos de la crisis. Fórmulas que permitirán a las familias, autónomos y PYMES, atenuar sus deudas y acelerar los efectos de la recuperación. Con la Ley de Segunda Oportunidad extendemos por primera vez a las familias aquellas medidas que hasta la fecha estaban limitadas a las empresas, facilitando acuerdos extrajudiciales que eviten su paso por el juzgado y propiciando que más de 500.000 familias y autónomos puedan beneficiarse de ella.
La Segunda Oportunidad es la confirmación de que el esfuerzo ha valido la pena, que lo hemos logrado juntos, porque juntos somos mejores y hacemos mejor las cosas, y que el Gobierno del Partido Popular no va a dejar a nadie atrás en este proceso de recuperación.
Una Segunda Oportunidad es lo que pediremos a los españoles para seguir avanzando, renovar ese compromiso y continuar mejorando la sociedad en la que vivimos desde la estabilidad, seguridad, moderación y libertad que solo garantizan nuestras políticas. Una Segunda Oportunidad para que nadie haga inútil tanto sacrificio, y para que nunca más un Gobierno tenga que elegir entre lo urgente y lo importante.
Oscar Luzardo, Senador por Lanzarote del Partido Popular