Opinión

La inmolación de Pedro Hernández

Lo peor de un movimiento asambleario, sin órganos internos claramente definidos y con la premisa de tener todos el mismo peso dentro del partido y en su toma de decisiones es que cuesta mucho determinar quién habla en nombre de la formación. Y por eso, diez personas se reúnen en un local, convocan una rueda de prensa y presentan a los medios una nueva sede, una nueva web y una nueva hoja informativa de Alternativa Ciudadana, sin que nadie sepa muy bien a quién están representando, más allá de profesar la religión 'pedrohernandista'.

Ellos se autodenominan "grupo de trabajo de Alternativa en el Cabildo", pero lo cierto es que ni son todos los que estaban, ni estaban todos los que son. De hecho, en total eran diez personas, incluido el propio Pedro Hernández, pero eso no les impidió erigirse en la voz verdadera del partido y de su esencia, ni elevar su propuesta sobre cómo se deben elegir los candidatos y cabezas de lista para las próximas elecciones, ni qué requisitos deben cumplir.

De hecho, presentaron por escrito una larga lista de características que debe reunir el candidato, y que van desde "tener capacidad para representar los intereses globales de la ciudadanía" hasta "mostrar una actitud que genere ilusión y expectación", sin olvidar aspectos como ser personas "con inquietud social, con conocimiento de la ciudadanía y con presencia activa sobre el terreno de los temas que demanda la sociedad".

Pero después de leer más de un folio de requisitos, lo cierto es que sigue quedando una sensación de que falta algo. Igual, y puestos a ser claros, deberían haber sido un poco más explícitos, y decir que el candidato de Alternativa Ciudadana tiene que ser moreno, tener ojos oscuros, medir alrededor de metro setenta, proceder de Foro de Lanzarote y ser popularmente conocido como "Perico". Porque la verdad, puestos a llamar a las cosas por su nombre, lo que buscaba tanto esa rueda de prensa como la supuesta hoja informativa o panfleto que este sector de AC distribuyó el pasado viernes por la isla, criticando duramente a sus compañeros de partido, es rebelarse contra el intento de que Pedro Hernández pase a un segundo plano y no vuelva a encabezar la lista del Cabildo. Pero quizá sin darse cuenta, están consiguiendo justo lo contrario.

Personas que hasta ahora venían apoyándole en ese pulso latente con Andrés Barreto, que se arrastra casi desde los inicios del partido, se han distanciado después de los últimos pasos de Hernández. Especialmente, compañeros que trabajaban codo con codo con él en ese grupo de trabajo del Cabildo al que los "periquistas" dicen representar. Y no es la primera vez. Desde que empezó la legislatura y Pedro Hernández se convirtió en consejero, han sido varios los 'alternativos' que han formado parte de ese equipo de trabajo, y que han terminando abandonándolo. Y casi todos los que han salido de allí lo han hecho asegurando estar hartos de las formas de Pedro Hernández.

Y aunque 'Perico' ha ido rearmándose y sigue manteniendo algunos fieles seguidores, sus últimos pasos han terminado por minar la confianza de muchos de los que hasta ahora le defendían, porque consideran que ha pasado un límite que no debía haber cruzado. Y es que Hernández, sin darse cuenta, ha caído en la trampa. Una trampa muy bien urdida, hay que reconocerlo.

Simplemente, consistía en sentarse a esperar. Evitar la confrontación directa delante de terceros, mantener un discurso público sosegado y conciliador, tender la mano cuando parecía que podía haber caído? y mientras tanto ir reduciendo poco a poco su protagonismo. Eran los ingredientes justos para que Pedro Hernández fuera estallando cada vez más, y mostrara su peor cara. Y ahí llega el momento justo para mostrar que, definitivamente, hay que dejarle caer y alejarle del partido por el bien del proyecto.

Esta vez sí es el momento adecuado porque, aunque algunos patalearan junto a él, después de haberle oído criticar abiertamente a sus compañeros y hasta airear sus desavenencias y sus lapidarias acusaciones en un panfleto distribuido a pie de calle, pocos le verán como una víctima de Andrés Barreto. Hasta algunos detractores del sindicalista y concejal de Arrecife han visto ya que 'Perico' supone un riesgo para el proyecto. Que si no le dejan pilotar el avión, prefiere que el avión se estrelle. Porque está absolutamente convencido de que lo construyó él, lo hizo subir y hasta hizo de azafata y animador de vuelo. ¡Y pobre del que le intente convencer de lo contrario o alejarle de los mandos de la nave!

Por eso, quien realmente está perdiendo esta batalla no es sólo Pedro Hernández, sino todo el proyecto de Alternativa Ciudadana. Porque puede que terminen echando a 'Perico' y hasta puede que acaben saliendo dos partidos alternativos, pero difícilmente levantarán el vuelo. Se han quedado sin motor y sin gasolina, y no por perder a Pedro, sino por perder la confianza de esa ciudadanía que apostó por un revulsivo y por un cambio, y ha terminado descubriendo que esta ilusionante utopía sólo era más de lo mismo.