¿Qué valores supremos anidan en el cerebro del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife, rafaeljuangonzálezrobayna, que podrían ser capaces de obligarlo a presentar su dimisión irrevocable, tras el ridículo espantoso acontecido el día 14 de septiembre a mediodía, cuando se vio imposibilitado para inaugurar la Casa de la Cultura "Agustín de la Hoz", tras desvelarse que el inmueble carece de licencia de apertura? ¿La decencia política? ¿La dignidad personal? ¿El servicio público desinteresado? Obviamente, nada de esto parece vincular a Rafa, el promotor de eventos festivos devenido en edil de tapas y tollos y que todavía no ha desvelado públicamente cómo pretende arrebatar el nombre del historiador lanzaroteño Agustín de la Hoz al nuevo parque temático que no pudo inaugurar según lo previsto.
¿Qué opinan al respecto los suyos? ¿Qué dicen los gopar, las alcántara, los hormiga, los aguilar & son, los palops, las alemán, los oscartienealas y el resto de héroes del silencio cómplice con el concejal de Cultura de Coalición Canaria, amortizado ya por su partido y enfrascado en una suerte de ampliación de su book de fotos a ver si en las próximas elecciones cae algo en una dirección general o en la biblioteca del CEP? ¿Permanecerán mudos, ciegos y sordos los nuevos culturetos que orbitan alrededor de CC? ¿Cuántos festivales de música visual para los colegas, cuántas bienales de arte irrelevantes, cuántos libros auto publicados, cuantos festivales de música de Canarias arruinados, son precisos para mantener el silencio vergonzante y colaboracionista de los nuevos bufones de la corte pseudo nacionalista?
Durante el mandato de Eva de Anta al frente de la Concejalía de Cultura de Arrecife, los trabajadores municipales adscritos a ese departamento fueron capaces, con escasos medios económicos y materiales, de poner en marcha el Centro Cívico, el Museo de Historia, la sala de exposiciones del Charco de San Ginés, el Centro Sociocultural de Argana Alta… Todos, por supuesto, con su correspondiente licencia de apertura. A día de hoy, esos trabajadores públicos permanecen arrinconados, marginados y recluidos en un almacén de carga y descarga de camiones, mientras Rafa, ninodíaz (acaba de autofundacionarse) y una especie de alter ego del concejal con experiencia en servicios sociales y alquileres de vivienda protagonizan la chapuza perfecta, el bodrio genial, la sublime castaña, el churro único, el emplasto divino, la madre de todos los pegotes: ¡olvidaron tramitar la licencia de apertura de la Casa de la Cultura! ¿Se puede ser más totorota?
La Casa de la Cultura "Agustín de la Hoz", que ya no se llamará así porque a Rafa no le gusta (como no le gustaba el tapizado de los muebles o la tonalidad de la pintura de las paredes, mira tú), se reinaugurará bajo el manto del ridículo total cuyo culpable máximo es el concejal. Los aguilares, gopaces, alcántaras y hormigas cantaran loas maravillosas sobre el nuevo equipamiento mientras se destine dinero público en cantidad a lo suyo de ellos. Rafa, su otro yo (en su prolijo currículo se incluyen escobillas de retretes y papel higiénico para los baños de la Casa) y ninodíaz volverán a cerrar las puertas en enero-febrero, cuando haya que instalar el sistema de climatización. Samuel Martín seguirá hurgando en las arcas municipales para tapar el pozo sin fondo que le genera Rafa con sus tapas, sus arrecifes en muertos y sus zukoabegas, s.l. Los trabajadores municipales de Cultura continuarán desterrados mientras no le rían las gracias al concejal… La vida sigue, pero el ridículo tremendo, la humillación política, la mofa pública y el escarnio mediático protagonizado por un concejal de CC convencido de que lo público es de su propiedad, eso me temo que lo va a perseguir toda su vida.
Por Carmen Martínez,
P.D. A continuación es posible que puedan leer varios comentarios anónimos insultantes y desagradables. No presten demasiada atención. Suelen ser haters al servicio de CC y pagados con dinero público.