Opinión

El sentido del ridículo

Recibir críticas no es agradable para nadie, pero sin duda algunos lo encajan peor que otros. Y cuando hasta el Tribunal Superior de Justicia de Canarias viene a sacarles los colores, hay quienes directamente parecen perder el norte.

Ejemplos de ello se han visto en esta isla, con personas que actualmente están imputadas por graves delitos y que durante años se han declarado (y se siguen declarando) víctimas de una persecución política, mediática y hasta alienígena. Pero ahora, parece que un nuevo exponente se quiere sumar a este bando, disparando perdigones a diestro y siniestro, pero sin responder al verdadero fondo de los graves temas que están sobre la mesa.

Sin duda, al alcalde de Tías, José Juan Cruz Saavedra, se le ha acumulado el trabajo en los últimos meses. La quiebra de la empresa municipal El Poril, una sentencia que le obligaba a readmitir a trabajadoras despedidas de forma improcedente y las deudas acumuladas con Cruz Roja por el servicio de vigilancia de playas han saltado a la luz pública en los últimos meses, pero el escándalo mayúsculo llegó hace tres semanas.

El propio TSJC puso en evidencia al grupo de gobierno, subrayando que el Ayuntamiento no solo no había actuado contra la ilegalidad en el caso del restaurante "La Ola" sino que, además, había acudido "a los tribunales a defenderla". Y es que lejos de hacer cumplir la orden de cierre decretada por él mismo hace más de cuatro años, el Consistorio dejó que el local terminara las obras y abriera sus puertas al público. Y lo que es aún más incomprensible: recurrió una sentencia que, tras la denuncia de un particular, declaró "ilegal e ilegalizable" el establecimiento.

En medio de la tormenta instalada sobre su tejado, el alcalde envió el pasado martes una nota de prensa a los medios en la que, además de responder a una acusación lanzada por el grupo de CC en el municipio sobre el servicio de jardinería municipal, dedicaba la mayor parte de espacio a cargar contra un "grupo de comunicación lanzaroteño", al que en ningún momento ponía nombre. Algo que parece haberse convertido en una costumbre para el alcalde y su grupo de gobierno, ya que tras la sentencia de La Ola, el concejal de Urbanismo también salió públicamente a asegurar que un miembro del grupo del PP en Tías tenía un establecimiento ilegal en Puerto del Carmen. Y en ese caso, tampoco dio el nombre de la persona ni del establecimiento en cuestión, mostrando una preocupante frivolidad al tratar estos temas. Porque si hay un establecimiento ilegal en su municipio, el Ayuntamiento debería precintarlo o denunciarlo. Y si hay un "grupo de comunicación" que se dedica a "chantajear" al Consistorio, como sostiene en la nota de prensa el alcalde, debería ponerle nombre y acudir a los tribunales. Porque una cosa es que a José Juan Cruz le parezca "torticero" y "tendencioso" que se publiquen las denuncias de la oposición o las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, y otra que hable alegremente de posibles delitos.

Lo contrario, termina transmitiendo la sensación de que la única respuesta que puede aportar es la del acorralado, que intenta lanzar zarpazos al aire para defenderse. Y lo que es peor, cuando se le pide que aporte más precisiones sobre su grave denuncia, se limita a responder que no quiere "entrar en polémicas" y que se "remite a la nota de prensa".

Una nota sin duda inquietante, que incluía hasta mensajes a un destinatario anónimo: "Si el propósito es seguir chantajeando para conseguir contrataciones publicitarias desorbitadas para proyectos sin trascendencia social alguna, le adelanto que en este periodo de crisis, no es nuestra prioridad". Y en este caso, las preguntas serían: Cuando no había un periodo de crisis, ¿la "prioridad" del alcalde sí era dejarse chantajear y entregar dinero a proyectos sin trascendencia social alguna? ¿Ha destinado el alcalde fondos públicos a proyectos sin interés para recibir un trato favorable? ¿O simplemente, con ese comunicado, se lanzó (o le lanzaron) a una piscina sin agua, intentando distraer la atención de los temas que no le interesa ver en la prensa?

También se quejaba el alcalde en ese escrito de que la oposición y los medios están intentando "ridiculizar la gestión municipal", pero pierde de vista que quizá lo único ridículo son determinadas notas de prensa. Los temas que están rodeando a su gestión, más que ridículos, son preocupantes.