Opinión

El regreso de los aguamangantes

Por Domingo García ¿Tengo yo algún derecho a opinar sobre INALSA, siendo un abonado a la empresa? Es difícil de entender, cómo es posible que un pedazo de tierra, rodeado de mar por todas partes, se esté ahogando en deudas, por vender ...

Por Domingo García
¿Tengo yo algún derecho a opinar sobre INALSA, siendo un abonado a la empresa? Es difícil de entender, cómo es posible que un pedazo de tierra, rodeado de mar por todas partes, se esté ahogando en deudas, por vender ...

¿Tengo yo algún derecho a opinar sobre INALSA, siendo un abonado a la empresa? Es difícil de entender, cómo es posible que un pedazo de tierra, rodeado de mar por todas partes, se esté ahogando en deudas, por vender agua. Lo único que tenemos que hacer es estirar el cacharro y llenarlo. Lo de más, ya esta inventado.

1964. El destino de Lanzarote cambió, trayendo el agua a la isla desde la orilla del mar. Los hermanos Díaz Rijo fueron pioneros, a nivel mundial, en poner en marcha la primera potabilizadora. El gran paso se había dado, comenzábamos a tener agua; llevando seguridad y progreso a sus habitantes.

En 1974, y ante la imposibilidad de la iniciativa privada de sufragar las altas inversiones que suponía ampliar el numero de potabilizadoras y distribuir el agua por toda la isla, entra en acción la iniciativa publica: el Cabildo y los 7 ayuntamientos se unen en una institución llamada Consorcio del Agua. El Cabildo, asume el 60% y los ayuntamientos el 40% restante.

1989. Se crea INALSA, empresa pública, cuyo único propietario es el Consorcio del Agua.

Esto reza en la pagina de INALSA.

La responsabilidad sobre INALSA es compartida entre los mismos accionistas: Cabildo y Ayuntamientos. La incompetencia, desgraciadamente, también es de todos. En el Cabildo, unos (principalmente el PIL), que en la funesta gestión de los últimos 20 años, arrasaron con todo. Y otros (PSOE, socio necesario) que hacían la vista gorda. A éstos, siempre les han gustado más los Centros Turísticos. Otra que tal baila.

Los ayuntamientos, cada uno gobernado en diferentes momentos, en solitario o en compaña, por partidos como Coalición Canaria, Partido de Independientes de Lanzarote, Partido Socialista, Partido Popular y Partido Nacionalista de Lanzarote, también son culpables de la quiebra de INALSA, pues son copropietarios de la misma, y en ningún momento, ni lugar, han levantado la voz para pedir responsabilidades a quien las tuviera, mas bien al contrario, se convertían en sus mayores morosos. Les exigían a los vecinos, lo que ellos eran incapaces de hacer: pagar el recibo al final de mes.

Después de todo lo que ha llovido en INALSA, pareciera que los políticos que la han gestionado, no han aprendido nada y continúan creyéndose que los que pagamos, mensualmente y de forma religiosa, el recibo, tenemos la cabeza dentro del agua y los ojos encharcados, para no ver la que nos quieren meter.

Siente uno vergüenza ajena cuando oye, a los mismo que han tirado a la marea, o a algún que otro bolsillo, todo el crédito (tanto económico, como social) de una empresa, fundamental para la supervivencia de la isla y sus moradores, darnos lecciones de empresariales, cuando no de economistas, jugando con nuestro dinero. INALSA es pública, es de todos.

Ellos, los que han gestionado, dirigido y expoliado INALSA, en estos últimos 20 años, son los que nos vienen ahora a dar recetas, de cómo se debe salvar una empresa, que ellos mismos llevaron a la quiebra. La vergüenza, o se les ha debido de caer en alguna aljibe, o es que nunca la tuvieron.

Los gestores políticos nos vienen ahora con el cuento de que la única solución, es la entrada de capital, o gestión privada. Nada se dice de su incompetencia para gestionar lo público.

Lo privado les suena a dinero, es de lo único que hablan y lo que más les interesa: curioso ver, que en lo único que se está de acuerdo en política, es en no poner pegas al dinero. No importa de dónde viene, ni a dónde va, siempre que se pueda perder algo en el camino. Ya estarán ellos para, como siempre, poner sus asqueadas manos y llevárselas a sus repugnantes bolsillos.

Nos toman por tontos, pensando que de lo único que somos capaces es de abrir un grifo y pagar un recibo. Nos han enseñado demasiado y muy deprisa. Ahora, nosotros somos los expertos, ellos son los tramposos que quieren seguir con sus trampas.

No se sienten culpables, es que además, con enorme desvergüenza, se creen los salvadores de la patria. Que nos hacen un favor. ¡Si encima, les vamos a tener que dar las gracias!

Bueno sería que cada uno de estos aguamangantes, se quitara la careta y nos dijera cómo es posible que una empresa que se dedica a fabricar agua, que no tiene competencia, cobra mensualmente y que además, esta subvencionada, puede tener perdidas. Sólo cabe una explicación, soy incapaz de encontrar otra: o ladrones, o inútiles.