Opinión

EL CURA Y EL MONAGUILLO

EL CURA Y EL MONAGUILLO San Blas 2- 11-1956 Sr. D. Pedro Pérez G. M. N. El Delfín Port Gentil. Gabón Qué porquería hijo ...

EL CURA Y EL MONAGUILLO

San Blas2- 11-1956

Sr. D.

Pedro Pérez G.

M. N. El Delfín

Port Gentil. Gabón

Qué porquería hijo mío:

Qué Dios te perdone. Es la falta de compañía lo que excita tus apetitos. No es bueno que el hombre esté sólo. Te tendré en cuenta en mis oraciones, y acaso tu aptitud me sirva de inspiración para alguna de mis homilías dominicales.

El primero de tus escritos es un canto a la carne. La divinizas casi. Es excitante, inmoral y falso. No se le puede poner tanta imaginación y poesía al acto carnal.

El segundo no está tan mal. No obstante, más que el canto de un casto marido a su esposa, es el canto orgulloso del macho a su compañera. Y luego esa sangre, esa siembra.

El tercero no me ha desagradado del todo. Quitándole el ¡coño! del carpintero cuando se trilla el dedo y la mención que hace de sor Isabel, se podría publicar en laVoz de la Parroquia cuando pase la Navidad. En el sueltito no nombras para nada a Dios, la Virgen o el Niño.

Tienes que dejar ese trabajo en el extranjero y volver de nuevo al pueblo. Integrarte en el Cuerpo Místico de la Iglesia y rogarle mucho al Señor, para que modere tus instintos y vivas de nuevo en la Virtud.

Te perdona y te bendice

Fdo. Agustín Cabrera P.

Párroco de San Blas.

En la mar 16-12-1956

Sr. D.

Agustín Cabrera P.

San Blas. España.

Reverendo don Agustín:

Estoy hasta los mismísimos de tanta pejiguera .Llevo seis meses intentando publicar algo y nanay. Cuando no es por una causa es por la otra,pero el caso es que voy a morirme de viejo sin conseguirlo; y lo que es peor, nunca sabré si en lo que escribo hay algo potable o es todo porquería como dice Ud. en su carta.

Con respecto a lo excitante, inmoral, imaginativo y poético del primero de mis escritos, quiero hablarle: Puede que sea excitante pero no tanto. No creo que se le haya levantado la sotana con su lectura. Por otra parte pienso, que, acompañado de las correspondientes hormonas de toro, sería una buena terapia para esos pálidos ratoncillos de iglesia que a veces veo en las puertas de la suya, con la mirada gacha y un aire de que se yo qué. En cuanto a nuestros chicos adelantados, con una visita a Juana la Chacarona, Paca la Tuerta o a cualquiera de esas pilas de agua bendita donde todos mojan, irán que chutan.

Que es inmoral, dice. De inmoral nada, don Agustín. La pareja está casada. O es que acaso piensa Ud. que los secretos de alcoba son tales y que sólo deben ser conocidos por el matrimonio y su confesor: Que si mi marido esto, que si se le resbaló etc.

Imaginativo dice. Parece mentira que siendo Ud. cura diga eso. Es que ya los chicos no le confiesan los esfuerzos de imaginación que hacen a costa de la sirvienta de don Paco o de Rosita la de la plaza.

En cuanto a la poesía que lo rodea, convendrá conmigo en que si no estamos por encima de los animales, sí estaremos a su misma altura; y si es así, también convendrá conmigo en que si los animales antes de llegar al acto sexual y aun al propio magreo, con perdón, realizan un poético galanteo; el palomo arrastra el ala,el pavo abre su cola, el león rugeque es un primor etc. Nosotros tendremos por lo menos, el derecho a hacer lo mismo.

Aun recuerdo como Juana la Sacristana se subía sobre la burra para colocar las flores en los búcaros del altar mayor:

¡Agárreme la burra, don Agustín, que me caigo!

No, no se me ha olvidado su voz melosa y su risita de coneja.

¡Agárreme la burra, don Agustín, que me caigo!

Y como a Ud. se le empañaban los cristales de las gafas mirando la burra. Y no me irá a decir que la muy lagarta no lo estaba galanteando. No muy poéticamente, puede, pero galanteándolo al fin.

Si cayó o no cayó, Juana, es cosa que Ud. y ella sabrán, a mi poco me importa. Lo que si me importa es que haya tachado de porquería mi escrito después del trabajito que me dio escribirlo.

A lo mejor tiene Ud. razón, don Agustín. Mantener la inocencia es lo que importa:

Estoy asustada, don Agustín.

¿Por qué, hija mía?

Anoche mi novio me dio un beso y tengo miedo de quedar embarazada.

En cuanto al orgullo de machito activo de que hago gala en mi segundo escrito, lo siento así y a mucha honra. A lo peor las cosas han cambiadoy ahora con sólo la Fe de Soltería y una frente amplia cualquiera puede casarse. En lo referente a esa siembra, esa sangre lo dije en sentido figurado, me refería a la pérdida de salud, de vida, que una madre sacrifica por su hijo;pero ya que Ud. lo vio así, le diré que una vez vi un parto y aparte de sangre y otras cositas más, vi también mierdita. Sí, así como suena, mierdita. Lo cual, supongo que no le quitaría importancia a la cosa.

Finalmente, si para publicar el ensayo del carpintero, tiene Ud.que castrarlo, le diré que de eso nada. El carpintero es cosa mía y eso a mí,ni Dios, con perdón.

Ni le perdona, ni le bendice

Fdo. Pedro Pérez G.

Motorista del Delfín.

P. D. Aparte del asunto de Juana la Sacristana, sé algunas cosillas más. Donde iban a parar, por ejemplo, las velas de las promesas.

J. P. Parrilla.