Si hay algo irrenunciable en la vida política y que está en lo más alto de la lista de las demandas ciudadanas es el diálogo. La capacidad de debatir, de encontrar soluciones, de no tirar la toalla hasta que no se haya conseguido un punto de encuentro.
Hoy, más que nunca, en la gestión de los grandes asuntos, es necesario abrir todas las vías de negociación, de consenso, que sean posibles. Y eso es, precisamente, lo que ha hecho el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en su reciente reunión con Mariano Rajoy: recuperar un diálogo y reabrir unos caminos de entendimiento que, por el bien de esta tierra, nunca debieron cerrarse. Esto se aplica, también, para los próximos años, en los que se van a materializar los cambios que venimos observando, de manera casi vertiginosa, en la vida política y que se verán tras las próximas elecciones generales, momento en el que habrá que llegar a muchos e importantes acuerdos.
Para ello, hace falta una enorme generosidad e igual altura de miras. Y, sobre todo, hace falta poner sobre la mesa los asuntos a tratar, sabiendo que uno se va a levantar de ella habiéndolos abordado con responsabilidad, sin ceder en lo importante, pero estando siempre dispuesto a dialogar hasta la extenuación.
Ese fue el espíritu que animó el encuentro entre los dos presidentes, en el que Rajoy se comprometió a aceptar la propuesta de mejorar la ficha económica en los Presupuestos Generales del Estado de 2016, una exigencia que no es solo de nuestra formación política, Coalición Canaria, ni del Gobierno de Canarias, sino que viene avalada por el respaldo de los agentes económicos y sociales del Archipiélago; por el respaldo del pueblo canario, para el que la creación de empleo es una preocupación y un asunto de vital importancia.
Este y otros acuerdos alcanzados en esa reunión por Fernando Clavijo son importantes. Pero ello no significa que estemos satisfechos y que seamos conformistas. Canarias necesita que el Gobierno del Partido Popular pase de las palabras a los hechos y que mejore las partidas presupuestarias con una propuesta concreta; con un compromiso serio e inmediato, fundamental para que dispongamos, el próximo año, de los recursos que nos corresponden para la creación de empleo y la consolidación del crecimiento económico.
Unas partidas que son necesarias, también, para que se cumpla lo que establece la ley: que la inversión en Canarias se sitúe, como mínimo, en la media del resto del Estado. Y estaremos vigilantes y seremos exigentes en el cumplimiento de esos compromisos, como nos demanda la ciudadanía, que sabe que entre las obligaciones de sus representantes políticos, la fundamental es hacer que se cumplan los acuerdos y defender lo que es de justicia.
No vamos a tirar la toalla. No vamos a renunciar a lo que nos corresponde. Vamos a seguir trabajando, como hasta ahora, para conseguir un presupuesto honesto para Canarias.
Esto es lo más alejado a un discurso victimista que se conoce. Los argumentos son claros e incontestables: Canarias ha cumplido con el objetivo del déficit impuesto por el Ministerio de Hacienda. Hemos hecho, con seriedad y rigor, lo que nos correspondía. Y ese esfuerzo debe existir, del mismo modo, por parte del Gobierno del Estado, a quien corresponde, ahora, dar un paso importante y convertir sus palabras en hechos, demostrando, de este modo, la validez del compromiso adquirido con Canarias.
No vamos a esperar a que se celebren las elecciones para buscar respuestas y conseguir resultados. Para nosotros, este es un tiempo valiosísimo, en el que debemos avanzar en la gestión de nuestros propios recursos, con la colaboración del Gobierno del Estado y de la Unión Europea. Por eso, nuestros esfuerzos están puestos aquí y ahora. Apostando por el diálogo y, con la misma determinación, exigiendo soluciones.
Ana María Oramas, Diputada de Coalición Canaria- Nueva Canarias