Efectivamente, tal y como apuntaba un desaparecido grupo del pop insular el nombre es lo de menos. Qué importa si son Miss Gay, Miss transformista, Míster Belleza o Miss Travesti. Confieso que hasta yo mismo acudí receloso por el ...
Efectivamente, tal y como apuntaba un desaparecido grupo del pop insular el nombre es lo de menos. Qué importa si son Miss Gay, Miss transformista, Míster Belleza o Miss Travesti. Confieso que hasta yo mismo acudí receloso por el tipo de espectáculo con el que me encontraría. Porque somos así, es parte de nuestra condición humana, a veces hacemos juicios anticipados y presuponemos que pueda pasar esto o aquello, pero me equivoqué y como apuntaba da igual la denominación que queramos darle al evento. Lo cierto es que el certamen celebrado el pasado viernes en Arrecife me sorprendió gratamente.
Bueno por el trabajo del presentador, Roberto Herrera, quien actúo gratuitamente como maestro de ceremonias, bueno por el montaje y la organización del equipo de Fiestas del Ayuntamiento, bueno por la dirección que encabezó Willy Díaz, bueno y mejor por el desparpajo, la simpatía, la educación y la alegría de los participantes que hicieron que el acto estuviera a la altura, que no defraudara al público asistente. Un público que además abarrotó la zona del Charco de San Ginés y que conforme avanzaba el espectáculo comprendió la filosofía del mismo.
Sin embargo, entre tanta gente hubo ausencias notables y significativas. Por ejemplo, la del alcalde de Arrecife, Cándido Reguera. ¿Por qué el alcalde no acompañó al concejal de Festejos, Eduardo Lasso? Tal vez, porque el primer edil de Arrecife prefirió otro show para entretenerse en la noche del viernes. Cándido eligió una oferta privada, en la que por supuesto colaboró, y que tenía lugar a la misma hora y el mismo día en que un grupo de jóvenes de la capital se esmeraban por alzarse con el título y la corona de Miss Gay Lanzarote.
Y es que el alcalde de Arrecife, amante como nadie de las fotos y los titulares, parece estar más preocupado por capitanear y rentabilizar las áreas que gestiona su grupo político (PP), que por incentivar y defender las propuestas que emanan desde el propio Ayuntamiento, con menores costes económicos y abiertas al entretenimiento de la
ciudadanía en general, sin previo pago de entrada alguna.
A sabiendas de la actuación que se preparaba en El Charco, Cándido Reguera procuró que, de la mano de una empresa privada, su Concejalía de Festejos paralela a la oficial, saliera bien en la foto. Porque al señor alcalde le gusta retratarse junto a los famosos (Berto, Alejandro Saénz, Jacinto o Chona?) y parece olvidar que los verdaderos protagonistas son los vecinos y no los grupos privados con los que cierra contratos millonarios para animar las áreas del PP.
Xayo, icono y referente del transformismo y del humor cerró el espectáculo. Y el aplauso final de los asistentes aún resuena.