Esta mañana leyendo en un rotativo de Lanzarote he visto que se le había concedido a nuestro Cabildo, en la persona de su presidenta doña María Dolores Corojo, el premio de BUENAS PRÁCTICAS por la atención a la dependencia y servicio a domicilio de nuestros mayores, que bien están impedidos o viven solos, y la réplica del Sr. Alcalde de Teguise poniendo en duda que tal servicio exista; ante ello, no he podido sustraerme a la tentación de añadir alguna matización.
Ahora que estoy viviendo momentos muy tristes en mi existencia, uno más, y preocupado porque no se me acuse de haber provocado las SIETE PLAGAS DE EGIPTO o de ser el ideólogo de PUTIN para que provocara la invasión de UCRANIA, pongo estos ejemplos porque de todo lo demás no sólo se me ha acusado sino que se me ha condenado, algo nunca visto en la historia de Canarias, me permito la libertad de puntualizar lo siguiente:
Estimada Presidenta, no dudo de su buena voluntad y de la emoción, la misma que sentí yo cuando implanté dicho servicio siendo alcalde de Teguise, que habrá sentido al creer que había usted puesto en marcha un servicio pionero en la isla. ¡¡Pues no señora presidenta!! Ese servicio fue pionero en Lanzarote cuando usted aún estaba en la guardería o correteaba en alguna aula de infantil y yo era Alcalde de Teguise.
También he leído la réplica que le hace don Oswaldo Betancor, alcalde de Teguise, acusándole de colgarse medallas que no le corresponden. No sé si es el más apropiado para hacerle ese reproche pues no es precisamente de los que se queden a la zaga en eso del medallero; a él sí le puedo recomendar, con todo el cariño y humildad, que con sólo volver a dejar a Teguise con el esplendor que yo lo dejé seguro que le faltaría pecho donde colgarse las medallas y allanaría mucho ese ansiado camino que le separa del Cabildo de Lanzarote.
