Opinión

Canariedad es darnos la mano.

Pasado el 30 de mayo, quiero hacer una reflexión sobre lo que es a mi modo de entender “la canariedad”, un término complejo donde los debates acerca de su significado se eternizan y parece que las distintas partes no se ponen de acuerdo. Desde mi punto de vista sentirse parte de la sociedad de las Islas Canarias o lo que es lo mismo, ser canaria o canario, implica una serie de consideraciones.

En primer lugar tenemos que comprender que sentirse de un lugar no es algo excluyente sino inclusivo: todas las personas que habitan, viven y hacen su vida en estas ocho islas son canarias.

En segundo lugar, “la canariedad” va ligada a la contemporaneidad. Es un concepto en perpetua construcción donde la actualización, revisión y suma generan una identidad heterogénea y viva.

En tercer lugar, ser canario es ser demócrata ya que la democracia es la que nos ha forjado como pueblo cohesionado, pudiendo generar unas instituciones que gestionen y comprendan nuestra realidad social y territorial.

Y en cuarto lugar, ser canario es mirar al mar. Siempre hemos sido un pueblo que ha bregado por su supervivencia. En etapas pasadas, nuestros ancestros tuvieron que emigrar a nuevos puertos y es por ello que el pueblo canario entiende la realidad migratoria, siendo este solidario y haciendo gala de una gran humanidad acogiendo a las personas que desean lo más básico: tener una vida digna.

Todas las sociedades con culturas que se asientan en un territorio, asumen preceptos idearios que conforman de manera más o menos cohesionada a través de sus episodios históricos una construcción identitaria. Si miramos la tabla de población de derecho de Lanzarote según nacionalidad y municipio de residencia de 2020, realizada por el centro de datos del Cabildo de Lanzarote, podemos percibir como en nuestra isla habitan ciudadanas y ciudadanos cuyo origen es de más de 30 países distintos. Así, la población procedente del continente Africano es de 5735, la procedente del continente Americano de 8051 personas, de Asia 2929, de la Unión Europea 11930 y de Reino Unido 6415. La población de derecho total de la isla a 2020 es de 155.812. Por lo tanto, los ciudadanos lanzaroteños originarios de otros países, culturas y contextos geográficos distintos al de las Islas Canarias es de un 22,50 %. Casi un cuarto de la población de la isla viene de otros entornos y realidades culturales, ¿podemos afirmar sin lugar a dudas que la cultura isleña es multicultural? A ese 22,50 % de población de derecho no originario de España, debemos sumar a todas aquellas personas compatriotas que tienen creencias, costumbres y maneras diferenciadas de ver el mundo, eso genera todo un vínculo de intercambios que enriquece el significado mismo de “la canariedad”. Aparte de la realidad poblacional, podemos también observar un mapa, ¿dónde estamos situadas las Islas Canarias? No, no estamos situados en una cajita al lado de la costa Sur de Andalucía, Lanzarote está a 127 km de Tarfaya (Marruecos), a 522 km de Funchal-Madeira (Portugal), a 1082 km de Cádiz-Andalucía (España), a 1635 km de Dakar (Senegal), a 2750 km de Londres (Inglaterra), a 5500 km de Nueva York (Estados Unidos de América) y a 5900 km se encuentra Caracas (Venezuela). Estamos situados en una entrecrucijada intercontinental. Por lo tanto, es completamente normal y lógico que nuestra isla sea un mundo lleno de pequeños mundos, ya que es puerto y encuentro de miles de personas.

Nuestra historia, y no solo la reciente, es multicultural. Si atendemos a las distintas épocas de nuestro archipiélago y escuchamos a antropólogos, sociólogos, historiadores, arqueólogos y expertos en genética, las Islas Canarias siempre han sido un puerto al que acogerse. Desde los indígenas canarios procedentes del norte de África, pasando por las culturas mediterráneas antiguas así como las sucesivas oleadas europeas y más adelante americanas, hasta nuestros días donde la globalización ha hecho que personas de todo el planeta hagan de estas islas su hogar.

Así, creo que el pueblo canario es una sociedad que crece, evoluciona, desarrolla la empatía, la solidaridad, donde el progreso, la justicia, la democracia, la igualdad y la solidaridad pueden hacer que nuestro futuro no sea incierto, sino al contrario, prometedor y justo.

Les dejo este dibujo que he realizado para conmemorar el día de Canarias, donde se celebra el aniversario de la primera sesión del Parlamento de Canarias con sede en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, llevada a cabo el 30 de mayo de 1983. Ese fue el inicio de nuestro autogobierno y entrada en una etapa de fortalecimiento democrático. Queda mucho por construir y muchísimo que avanzar. Nadie ha dicho que el camino sea fácil pero sí un reto, la gente de canarias es luchadora, bregamos juntos. Lo hemos demostrado diciendo no a las prospecciones petrolíferas por medio de la mayor movilización y manifestación que se ha visto en la historia de las islas. También diciendo no a la destrucción de Tindaya y su legado indígena, hemos sido capaces de repeler las ideas tóxicas, antidemocráticas, racistas y excluyentes de las fuerzas de odio que se expanden por Europa entre otros muchos logros, dándonos la mano para ir hacia adelante. 

 

 

Son los ecos de las Eras que rodean El Monumento a La Fertilidad de la tierra de Lanzarote, que brillan en Tindaya junto a Los Podomorfos ancestrales de La Cultura Maxie en Fuerteventura, que cantan en la Ópera de Tenerife lanzando sus voces a Los Vientos Aliseos, que impregnan las piedras de la construcción y la ciencia indígena expresada en El Cenobio de Valerón de Gran Canaria, que acarician a La Sabina que ha visto miles de vidas pasar en El Hierro, que se elevan por El Roque de Agando que sostiene el mundo en una armonía eterna y que vuelan hacia El Roque de los Muchachos para escudriñar el cielo en busca de el sentido de la palabra "canariedad". Son ocho estrellas en el firmamento, ocho astros en forma de tierra que iluminan el camino hacia la fraternidad, la igualdad, la solidaridad, la acogida y el progreso de esta tierra donde cabemos todos.