Canarias desmontable

20 de diciembre de 2016 (15:56 CET)

Medio Archipiélago anda enrocado estos días con el FDCAN y los argumentos, a favor y en contra, de un modelo u otro de reparto. Hace quince días la pelea era quién hacía las carreteras y quién no. Y, a la espera de que lleguen los Carnavales, tenemos por delante un debate mareante sobre quiénes deben quedarse en el Gobierno y quiénes marchar o ser cesados.

Todas ellas parecen razones muy juiciosas para romper Canarias. Levantar barreras y prometer enemistades insalvables para el resto del siglo. 

¿Puedo aportar algunas ideas más?

En la prensa de estos días nos encontramos con una ocurrente propuesta del defenestrado Delegado del Gobierno en Canarias. Consiste en que los Presupuestos del Estado para 2017 incluirán dos partidas específicas para carreteras en Canarias, con sus nombres y apellidos: las obras de la carretera de La Aldea (Gran Canaria) y el anillo insular (Tenerife). Financiación nominada que además se extraería de la dotación presupuestaria prevista para el Convenio de Carreteras con todo el Archipiélago.

Fantástico. ¿No les parece? 

De repente Canarias debe renunciar a sus competencias en carreteras. Olvida las prioridades y criterios establecidos en el Convenio de Carreteras desde hace años y asume que, en caso de haber bajas en las obras, esas cantidades no se podrán destinar a otros proyectos de las Islas.

En resumen, que la vía Delegación de Gobierno proporciona un atajo privilegiado para que las dos islas capitalinas aseguren la financiación de sus obras a costa del resto.

¿Se acuerdan de la triple (doble) paridad? ¿Entienden ahora por qué es imprescindible?

La ocurrencia del perseguidor de banderas (que rápidamente fue secundada y hasta aplaudida por políticos capitalinos de todos los colores) pone  sobre la mesa un concepto de Canarias muy revelador: fuera de Tenerife y Gran Canaria sólo hay mar y peñascos varios.

Con toda seguridad las obras de Tenerife y Gran Canaria son prioritarias. Imprescindibles en su isla.  Muy necesarias para una mejor movilidad. No lo cuestiono. 

Pero ¿no hay ninguna obra prioritaria en carreteras para los vecinos de Lanzarote, La Gomera, El Hierro, La Palma o Fuerteventura? ¿Ninguna de las nuevas vías de estas islas merecen igual trato? ¿Por qué no se puede nominar la financiación en los Presupuestos del Estado para 2017 del eje viario majorero?, por poner un ejemplo...

La semana ha sido entretenida en argumentos para la Canarias desmontable. 

El último Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas nos trajo otro ejemplo. 

Estábamos soñando con algún atisbo de planificación inversora en el nuevo muelle de La Hondura de Puerto del Rosario... O al menos una leve mejora en las condiciones de atraque en el muelle actual... Y nos encontramos con que lo que ocupa a la Autoridad Portuaria es hacer de organismo intermedio para solicitar un préstamo a Puertos del Estado, a través del Fondo de Accesibilidad Terrestre Portuaria, que permita atacar con mayor celeridad el soterramiento de la Avenida Marítima de Las Palmas.

De nuevo ¡fantástico! Lo han conseguido. 

Esos son los argumentos que dan pié a reivindicaciones como la de las instituciones conejeras por una gestión insular de los puertos. 

¿Dónde quedó el compromiso de la Autoridad Portuaria para ir avanzando en el proyecto de La Hondura? ¿No se dan cuenta que con farolas, aceras y promesas de una playa por entregas ya no contentan a los majoreros? ¿Y no se les ha ocurrido pedir el crédito ese para dignificar la avenida marítima de Puerto del Rosario y las conducciones de combustible por todo su frente?

Ejemplos hay de sobra y en múltiples áreas.

¿Saben ustedes que Red Eléctrica está sembrando Fuerteventura de grandes torres eléctricas en contra de la opinión de todas las instituciones majoreras? ¿En Gran Canaria sí se asume la decisión de las instituciones sobre la regasificadora, pero los majoreros tenemos que convivir con las grandes eléctricas campando a sus anchas por tableros y gavias?

No sé si se será cosa mía, pero creo que mientras la Canarias desmontable avanza con propuestas de este tipo, la reacción está consiguiendo anudar mejor los lazos de la Canarias real. La del diálogo entre islas de igual a igual, sin necesidad de la intermediación de ombliguismos capitalinos. La que defiende la paridad en el Parlamento, por muchos manifiestos apocalípticos que se difundan desde las capitales, alimentados por sus círculos de poder. 

Esta conciencia de las islas avanza como reacción a las propuestas de quienes promueven la Canarias desmontable.

 

*Mario Cabrera González, diputado de CC por Fuerteventura.

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