Tribunales

La Audiencia ratifica las penas de cárcel a dos personas por vender un mero con ciguatera en una pescadería

La Sección Sexta ha desestimado un recurso del dueño y de un empleado de la pescadería, que deberán cumplir tres años y medio y dos años y nueve meses de prisión respectivamente 

La Audiencia ratifica las penas de cárcel a dos personas por vender un mero con ciguatera en una pescadería

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial ha confirmado la condena que el Juzgado de lo Penal número 3 de Arrecife interpuso al dueño de la Pescadería Los Alisios de San Bartolomé y a un empleado de la misma por vender un mero con ciguatera intoxicando a 14 personas. La sala ha desestimado un recurso de los acusados, Saúl Levi Hernández e Ismael Hernández, que deberán cumplir penas de tres años y medio y dos años y nueve meses de cárcel respectivamente, pues el fallo ya es firme. Además, deberán compensar a los afectados con indemnizaciones que van desde los 910 a los 10.401 euros, sumando un total de más de 50.000.

Tal y como ya hicieron en el juicio, los acusados negaron en su recurso haber vendido un ejemplar de mero superior a los 29 kilos, que es el límite fijado para el control de la ciguatoxina. Los hechos ocurrieron entre el 3 y el 7 de diciembre de 2013 y ambos alegaron que durante esos días solo pusieron a la venta "dos meros, uno de 4 kilos y otro de 12 kilos".

Sin embargo, la Audiencia Provincial da por buenos los testimonios de los afectados "acerca del gran tamaño del mero" y resalta las "contradicciones" en las que a su juicio incurrieron los acusados en sus declaraciones, así como la conducta de los mismos "de retirar todo el mero que tenían en la pescadería antes de que llegara la inspección de sanidad y después de tener conocimiento de las intoxicaciones". Además, la sala expone que "consta oficialmente demostrado que no ha habido casos" de mero en Canarias que con 4 y 12 kilos "hayan dado resultado positivo a la prueba de ciguatoxina".

De esta forma, el tribunal considera probado que los acusados vendieron por trozos un mero de más de 29 kilos "sin haber llevado a cabo previamente los procedimientos de control que establece para la primera venta de productos pesqueros la Ley de Pesca Marítima del Estado y el Reglamento de la Ley de Pesca de Canarias" y que como consecuencia del "incumplimiento" de dichos protocolos, "no se detectó que el mero estaba infectado por la ciguatoxina", resultando sus compradores "infectados por la ciguatera". 

 

Rechaza rebajarles las penas 


La Audiencia Provincial también ha rechazado rebajar la pena a ambos acusados, que alegaron una "incorrecta aplicación" del Cógido Penal. En el caso de Saúl Levi, a quien se le interpuso mayor pena de cárcel al aplicársele la agravante de reincidencia por una condena anterior por tráfico de drogas, éste alegó también que este antecedente penal no debía ser contabilizado, sino que debía estar "cancelado", argumento que también ha sido rechazado.

Y es que, aunque la sentencia fue dictada en 2008, la sala considera que para el cómputo del plazo de tres años sin delinquir de nuevo no se debe tener en cuenta la fecha de emisión del fallo, sino cuando se suspendió la ejecicón de la pena, que fue en octubre de 2013. Así, manifiesta que "la duración de este plazo terminó en el mes de octubre de 2016" y quie "la agravante de reincidencia fue correctamente aplicada en la sentencia" del Juzgado de lo Penal número 3 de Arrecife. 

Por todo ello, la Sección Sexta de la Audiencia Provincial ha desestimado el recurso de los acusados, que además de cumplir penas de cárcel y de indemnizar a los afectados, también han sido multados. En el caso de Saúl Levi debe hacer frente a una multa de 2.690 euros e Ismael Hernández de 1.920. 

 

El relato de los afectados: "Pensé que me moría"

Hay que recordar que fue una de las afectadas la que dio la alarma a través de La Voz y denunció lo sucedido el 12 de diciembre de 2013, pues hasta ese momento Salud Pública no había hecho pública la situación, a pesar de que el primer caso se había diagnosticado tres días antes.

Tanto esta mujer como otro de los afectados por el brote de ciguatera relataron entonces su experiencia a este medio. "Pensé que me moría", confesaba un hombre que tras consumir el pescado comenzó a sufrir un calvario con diarreas, calambres, dolores de muelas, picores y, sobre todo, alteración de sensaciones térmicas. "Toco agua fría y es como si cogiera hielo, me quema. La sensación es como cuando has estado jugando con nieve y se te quedan las manos ardiendo. No sabes si tienes frío o calor", relató.