Aprovechando la oscuridad de la noche, una embarcación alcanzaba las costas gracioseras. Unas siluetas desembarcan y sirviéndose de la soledad del lugar, escapaban. Pocas horas después, sobre las seis y media de la madrugada del jueves, agentes de la Policía Local de la octava isla descubrían esa embarcación en la Caletilla. Un nuevo caso de inmigración irregular se volvía a producir en territorio lanzaroteño.
Los elementos favorecieron a estas sombras nocturnas, ya que debido al mal tiempo la patrullera no pudo acercarse hasta La Graciosa para poner en marcha el dispositivo de búsqueda de los inmigrantes. Una situación que se mantuvo sólo escasas horas, ya que a media mañana, efectivos de seguridad anunciaron que ya habían logrado apresar a siete personas, de origen magrebí, que viajaron en la patera. A pesar de estas detenciones, el dispositivo siguió en marcha, ya que se desconocía cuántas personas alcanzaron las costas gracioseras durante la noche.
De esta forma acababa la odisea de estas personas, que intentando llegar a un destino mejor, se lanzaron al mar y terminaron en una isla de territorio reducido y poco poblada. Una vez apresados, su traslado a Lanzarote se produjo ya entrada la tarde, aunque fue un traslado atípico, ya que debido a estas condiciones climatológicas adversas que se estaban produciendo en las islas, éste se realizó a través de la línea marítima regular que une Lanzarote con La Graciosa.
Así, junto con turistas y residentes, estos recién llegados realizaron el trayecto hasta la isla conejera. Al alcanzar el destino, fueron los últimos que desembarcaron, acompañados por los efectivos de seguridad.