La juez ha decretado prisión provisional sin fianza y comunicada para Antonio Luis Ferreira, padrastro de la joven Yuliza Antonia Pérez. Asimismo, le ha mantenido la imputación por homicidio.
Ferreira ha acudido este jueves a declarar, mientras a las puertas de los juzgados, Hilma Altagracia, la madre de la joven, acompañada de un pequeño grupo de allegados, esperaba ver al presunto autor de la muerte de su hija. Ferreira ha declarado durante cuatro horas ante la juez Estela María Marrero Sánchez, titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Arrecife, en relación a la muerte de Yuliza, caso que está bajo secreto de sumario.
La madre de la joven conoció la detención de su ex compañero sentimental a través de los medios de comunicación y asegura que la Policía aún no se ha puesto en contacto con ella para informarle de este suceso. Hilma no ha podido soportar la situación y ha sufrido una crisis nerviosa ante las puertas de los juzgados, aunque ha continuado allí hasta ver cómo su ex pareja era trasladado hasta la prisión de Tahíche.
Respecto a la investigación del caso,según informaba ACN Press, el Jefe Superior de Policía de Canarias, Narciso Ortega, ha asegurado que Yuliza no murió en el coche como en principio señalaron algunos medios de comunicación y no ha descartado que el homicidio se produjera en su propia casa.
La investigación, desde el primer momento apuntó hacia el entorno de la víctima y descartaba a varios sospechosos, a excepción del compañero sentimental de la madre, Ferreira, albañil y de nacionalidad portuguesa. Varias contradicciones le situaron como el principal sospechoso. "Nos decía la Policía que había sido alguien de nuestro entorno y que habría sido un ajuste de cuentas", explicaba molesto Félix, un familiar, ante las puertas de los juzgados este jueves. "Eso a mí me dolió tanto como el asesinato de mi hija", declaraba a su vez Hilma.
La familia señaló a Ferreira como culpable de esta muerte desde un principio. "Si llegamos a saber que era él hubiésemos dejado que lo lincharan, que es lo que se merecía", señalaba Felix. Y es que la Policía Nacional tuvo que intervenir el mismo día en el que apareció el cuerpo de la joven, para evitar el linchamiento de Ferreira a manos de miembros de la comunidad dominicana en el domicilio en el que residía junto a Hilma y Yuliza.
El jefe superior de Policía de Canarias, ha señalado que por los indicios con los que se encontró la Policía científica dedujo que el autor del crímen debía conocer a la víctima y ser más fuerte que ella. Además, tenía acceso al domicilio con lo que podía sorprender a la víctima y conocer el terreno en general y del vertedero en particular donde se encontró a Yuliza. De la investigación también se deducía que tenía el tiempo suficiente para el traslado del cadáver y, por último, actuar motivado por una obsesión que pudo desembocar en el crimen.